Lo que comen los niños en la escuela Por Susana Frisancho
Simplemente por asociación de ideas me pregunto cuándo la escuela, pública y privada, va a preocuparse un poco más por este tipo de temas. Si bien hay escuelas que lo hacen, por lo general lo que comen los chicos en las loncheras y lo que venden los colegios en los kioskos es un poco tierra de nadie y queda fuera, muchas veces, de los asuntos en los que el colego interviene.
Ayer leía el Proyecto Educativo Regional de Apurímac y ví que plantea como un objetivo estrátegico a futuro que los padres de familia mejoren sus hábitos alimenticios y se los transmitan a los niños, recuperando alimentos saludables nativos de la región. Me parece muy bien. Pero habría que empezar ya por lo cotidiano, prestando un poco de atención a las golosinas que los kioskos ponen al alcance de los niños y al modo como los colegios se relacionan con la comida. Por ejemplo, he visto en más de una ocasión que a los niños se les premia, dentro del colegio, con un chupete o un caramelo cuando ganan un concurso o hacen algo bien. Igualmente, las fiestas infantiles -muchas de ellas dentro de los mismos colegios- están llenas de alimentos chatarra, comida y bocaditos con colorantes y tintes, en fin... cosas tremendamente nocivas para la salud de los niños, sin que nadie parezca preocuparse por ello. Alguna vez ví a una mamá, en un paseo campestre de un colegio, darle a su hija de 5 años una caja enorme (enorme!!) de pegajosos dulces colorinches de todo tipo para que ella los repartiera entre sus amigos.
No soy exagerada, no pretendo que en las fiestas infantiles les pasen a los niños lechugas o zanahorias o que los colegios dejen de vender una que otra golosina. Sí creo sin embargo que el tema de los alimentos que los niños ingieren y su educación como consumidores razonables pasa por la escuela, y que hay -no siempre pero sí en muchos casos- una tremenda negligencia educativa al respecto.
Nota:
Imagen tomada de aquí
Etiquetas: Dulces, escuela, hábitos alimenticios, niños
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