15-8: Propuestas y posibilidades Por Silvio Rendon
Dos visiones que miran hacia adelante:
Chlimper ha dicho bien muchas cosas, pero vamos, no es un tema para resolverlo en base a los donativos puntuales de un grupo de empresas, por más anónimas y encomiables que sean según todas las religiones. Así todas las empresas sean tan altruistas como las descritas por Chlimper, no hay una empresa en el Perú, ni siquiera todas en su conjunto, que pueda atender a las necesidades básicas de todos los damnificados. No son tan ricos. Como bien recordara siempre Ricardo Vega Llona, los empresarios peruanos son turroneros de esquina comparados con los empresarios de otros países, incluso de países latinoamericanos. Se necesita un sistema público que se encargue de los desastres naturales. Nadie está libre de pasar el dia de mañana de la riqueza a la pobreza. Necesitamos un sistema que nos proteja de las eventualidades que nos hagan la vida inviable. Para eso pagamos impuestos, para eso está el estado.
- Terremoto, INDECI y anomia social de Antonio Zapata
Sólo queda reformar INDECI y darle la importancia que tiene su misión. En el Perú hay varias instituciones reputadas y muchos especialistas en desastres, desde sismólogos de fama mundial hasta expertos en Fenómenos El Niño. Tenemos que reunirlos en una agencia pública con presupuesto y poder político, para que actúe en el largo plazo y sepa responder ante las emergencias. - De la Tragedia a la Oportunidad en el Sur de José Chlimper
Ciertamente el terremoto del miércoles pasado sólo puso en evidencia, como si las mirásemos con lupa, las carencias cotidianas de un Estado paquidérmico, centralista, burocrático y poco eficiente. A diario la mayoría -no todos- los municipios de los poblados alrededor de las grandes ciudades actúan de espaldas a sus ciudadanos; a diario son ineficientes, a diario malgastan los recursos en pavadas, a diario hay corrupción; y siempre hay demagogia en el accionar de políticos que solo buscan su rédito personal (¿no, Yonhy?) en lugar de soluciones técnicas y profesionales a las necesidades del país y su población. El terremoto sólo hace que todo esto sea más evidente, más trágico, más fácil de reportar para la prensa.
Chlimper ha dicho bien muchas cosas, pero vamos, no es un tema para resolverlo en base a los donativos puntuales de un grupo de empresas, por más anónimas y encomiables que sean según todas las religiones. Así todas las empresas sean tan altruistas como las descritas por Chlimper, no hay una empresa en el Perú, ni siquiera todas en su conjunto, que pueda atender a las necesidades básicas de todos los damnificados. No son tan ricos. Como bien recordara siempre Ricardo Vega Llona, los empresarios peruanos son turroneros de esquina comparados con los empresarios de otros países, incluso de países latinoamericanos. Se necesita un sistema público que se encargue de los desastres naturales. Nadie está libre de pasar el dia de mañana de la riqueza a la pobreza. Necesitamos un sistema que nos proteja de las eventualidades que nos hagan la vida inviable. Para eso pagamos impuestos, para eso está el estado.
Etiquetas: terremoto perú, Terremotos
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