¿Ministerio de Cultura? Por Carlos Vargas Salgado

Muy bien, el asunto es ya un poco antiguo. De hecho tengo la impresión que cuando más se avanzó hacia la formulación de un eventual Ministerio fue en el gobierno del presidente Toledo, y bajo la tutela de Luis G. Lumbreras en el INC. De cualquier forma, para ser prácticos, las preguntas centrales aquí deberían ser:
1. ¿Tiene sentido crear un aparato burocrático que centralice la actividad de promoción y protección cultural en el país?
2. ¿Cómo realizarlo sin despertar suspicacias y preocupaciones presupuestales, y de ser posible con eficiencia?
Desde luego, la segunda pregunta ya ha respondido a la primera. La respuesta, en mi modestísima opinión es que sí, mil veces sí, el Estado necesita relevar al Ministerio de educación y su propio pandemonio, de las enormes tareas de mantener cuidado nuestro patrimonio cultural. Necesitamos un ente autónomo de alto nivel para tomar decisiones de gobierno en materia cultural. Ya conocen, nuestra riqueza cultural no es ninguna broma, o una bravata patriotera, es efectivamente cuantiosa, enorme, incluso descontrolada, se reproduce a cada momento, y nos falta siquiera abarcarla con estudios, mapas, archivos, directorios. Y de paso desterrar la huachafa idea de que la cultura es solo esa actividad de viejitas yendo al teatro ISIL, cuando más bien se trata de un proceso vivo de constantes creaciones en relación al medio que nos rodea, proceso múltiple, complejo y diverso en todo el territorio.
Pero por supuesto, uno de los principales problemas para un Ministerio de Cultura será desmarcarse de la suspicacia (desinformación,básicamente) que despierta por ejemplo en el sector empresarial. Recuerden esta bastante citada respuesta (ver aquí) del Presidente de la Confiep, Jaime Cáceres Sayán, abogando más por un ministerio que genere empleo, el de Turismo, y no uno que genere solo gasto. Esto último es mi interpretación, maliciosa si quieren. Y lo que revela Cáceres Sayán es su desconocimiento de que sin patrimonio cultural sencillamente no hay futuro para la industria sin chimeneas, y que sin protección similar a la del Medio Ambiente, nuestra gallina de los huevos de oro, el turismo cultural, simplemente desparecería en un caos que mezcle informalidad y exceso de visitantes.
Sin Ministerio de Cultura que las defienda y actúe promoviendo nuevas formas de creación original, tanto Yale como la Minera que sea y hasta un huaquero autogestionario, son capaces de quitarnos virtualmente nuestras divisas, esas que puede nacer de todos estos artefactos materiales e inmateriales que nos hacen una de las grandes culturas originales de la humanidad.

Por supuesto, también el proyecto del MC tendrá que toparse con algo que tal vez no se sospecha fuera del ámbito cultural: la gigante desconfianza -casi absoluta- por parte de los productores culturales peruanos respecto a la presencia e intervención del Estado. Aquí sí, nada que hacer: la duda está sembrada muy profundamente. Les recomiendo leer, en la página 8 de la propia Gaceta del INC, en este link, las nada indirectas respuestas de gente de gran peso en el área cultural, a propósito de la eventual defensa del patrimonio cultural inmaterial en manos del Estado. También, en ese mismo medio, un debate sobre la creación del Ministerio habido el 2006.
Y para dejarlos solo con el input al tema, y deprimirlos de paso un poquillo, aquí les dejo links que a la vista muestran cómo nuestros vecinos entienden el asunto del Ministerio de la Cultura con mayor seriedad que nosotros. Ahí les van sendos Ministerios de cultura en: Chile, Ecuador, Colombia, Brasil e incluso Bolivia. (No quise linkear a Argentina para no sentir que como siempre ellos nos golean).