El fujimontesinismo de segunda generación Por Silvio Rendon
Leemos en La Primera:
Una de las características de este orden es que se estableció un estilo de gestión pragmática, poco aferrada a las personas, poco aferrada a las ideas. El oportunismo fue la ley. Se percataron que la gente que no tiene principios es muy numerosa y finalmente se acostumbraron a comprar los talentos que no tenían. Tampoco tuvieron escrúpulo alguno en aplastar a quien no estuviera con ellos: desde la prensa chicha hasta la prensa más seria formaron parte de sus planillas. Los opositores más recalcitrantes y alternativos, también. No sólo denigraban a quienes se les podían oponer, sino que los infiltraban y hasta los dirigían. Lo que es mejor de todo, es que siempre supieron que eran populares, que había mucha gente que los apoyaba.
Carlín, siempre tan acertado...
Hostigamiento a los otros candidatos...
Su época fue muy formativa para muchos de sus alevines. Muy fogueados en el poder y rodeados de un aura heroica, la de haber salvado al Perú del terrorismo y de la hiperinflación, quieren seguir con la fiesta. No será Fujimori, ni Montesinos, ni Hermoza quienes la sigan, sino su descendencia política. Se viene el fujimontesinismo de segunda generación.
Raúl Morey, del plan de gobierno de UPP, admite eso y su vieja relación con el prófugo Víctor Malca.El triunvirato de Fujimori-Montesinos-Hermoza tuvo mucha capacidad de maniobra mientas duró. Mucha gente estuvo comprometida con este gobierno. Fue toda una generación que por alguna razón incomprensible se imaginó que el régimen iba a durar eternamente. Hasta ahora no aceptan la idea que todo acabó. Esta negación puede ser una fuerza muy poderosa, si mucha gente la comparte.
Whittembury participó en el Plan de Ollanta.
Una de las características de este orden es que se estableció un estilo de gestión pragmática, poco aferrada a las personas, poco aferrada a las ideas. El oportunismo fue la ley. Se percataron que la gente que no tiene principios es muy numerosa y finalmente se acostumbraron a comprar los talentos que no tenían. Tampoco tuvieron escrúpulo alguno en aplastar a quien no estuviera con ellos: desde la prensa chicha hasta la prensa más seria formaron parte de sus planillas. Los opositores más recalcitrantes y alternativos, también. No sólo denigraban a quienes se les podían oponer, sino que los infiltraban y hasta los dirigían. Lo que es mejor de todo, es que siempre supieron que eran populares, que había mucha gente que los apoyaba.
Carlín, siempre tan acertado...
Hostigamiento a los otros candidatos...
Su época fue muy formativa para muchos de sus alevines. Muy fogueados en el poder y rodeados de un aura heroica, la de haber salvado al Perú del terrorismo y de la hiperinflación, quieren seguir con la fiesta. No será Fujimori, ni Montesinos, ni Hermoza quienes la sigan, sino su descendencia política. Se viene el fujimontesinismo de segunda generación.
Etiquetas: Política
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