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9 may. 2008

Blogs peruanos en el Perú: aficionados y especialistas Por Daniel Salas

A estas alturas, cabe reconocer que la eclosión de los blogs en el Perú ha tenido un enorme impacto que se puede medir en la cantidad de blogs peruanos que se producen y en su cada vez menos posible silenciamiento en los medios tradicionales. Muy bien. Si los medios tradicionales no están haciendo su trabajo, es comprensible que este vacío sea cubierto por otras personas (especialmente jóvenes) interesadas en producir información y crear opinión. Sin embargo, ¿cuán profesional puede ser un bloguero peruano? ¿está de verdad en capacidad de sustituir a las unidades de investigación? ¿cuán relevante puede llegar a ser su aporte?

Estas preguntas se me vienen a la mente cuando compruebo que la mayoría de blogs sirven como digestos de los que otros medios ya están informado. Si hay una noticia que ya se puede obtener por otros medios, el aporte del blog consiste en resumir, sintetizar y añadir muy poco (una opinión por lo general inexperta). Digamos que, en vez de leerte varios periódicos, te lees un par de blogs.

El panorama se complica cuando el bloguero es un abogado, un lingüista, un antropólogo, un crítico literario (podría ser mi caso) que quiere fungir de periodista. Ya entonces no solamente veo un problema de ‘amateurismo’; ocurre algo más sintomático: el bloguero abandona el área de su especialidad (a aquello en lo cual debería ser experto) y la sustituye por una actividad editorial o de investigación que poco o nada tiene que ver con aquello para lo cual se ha preparado.

Hay, claro, una actividad cívica sumamente útil, que consiste en que los ciudadanos nos pronunciemos sobre los asuntos públicos. Uno podría encontrar muy positivo que los blogs se conviertan en un espacio de actividad democrática en este sentido. Sin embargo, no deja de constituir un detrimento para la vida pública que los jóvenes estudiantes y egresados universitarios nunca terminen de especializarse y pasen a ocupar un terreno de mero amateurismo que da a entender que la disciplina que estudiaron no les merece mayor dedicación y esto se debe, creo, a que no entienden su relevancia.

Esto ocurre notoriamente en el área de literatura: mucha gente estudia esta especialidad en San Marcos o en la Universidad Católica pero cada vez menos parecen estar convencidos de su función. Hace muchos años, la revista estudiantil “Dédalo” publicó una preocupante encuesta que daba cuenta de esta desorientación. Eso fue en los años 90. A juzgar por lo que se ve en la mayoría de blogs ‘literarios’ peruanos, los resultados son los de esperar: muy pocos entienden el papel de la actividad crítica y muchos menos saben aplicarla.

Frente a dicho problema, los docentes tienen una gran tarea a realizar, a saber, transmitir con mayor énfasis la relevancia y el rigor de una disciplina que no es muy bien comprendida ni siquiera por los propios estudiantes. Pero no deja de ser cierto que los blogs han creado un espacio que empuja peligrosamente más hacia esta tendencia de desprofesionalización y amateurismo.

Los blogs podrían empezar a ser más profesionales y más relevantes si sirvieran como fuentes de cultivo disciplinario. Voy a poner un ejemplo concreto: frente al caso de las detenciones arbitrarias que se han estado produciendo en los últimos meses, habría sido interesante encontrar un buen análisis legal que permitiera evaluar su legitimidad jurídica. Esto daría más fuerza a una acción ciudadana. Sin embargo, no lo hay o, en todo caso, no lo he visto hasta ahora. ¿Por qué?

Mi impresión es que, para muchos blogueros, el periodismo les permite un estrellato que no obtendrían ni como abogados, lingüistas, críticos literarios o antropólogos. La nota escandalosa, el dato malhabido, atraen más fácilmente los reflectores y satisfacen más rápidamente el ansia de fama y reconocimiento. Esta demanda de atención parece ser muy poderosa. Hay un caso especialmente asombroso en que un bloguero, manipulado por otro bloguero que se cree más vivo, deja a un lado el sentido de respeto y discreción que merecen sus jefes y compañeros de trabajo y los involucra en asuntos que tienen más que ver con el cultivo de su egolatría (sí, me refiero a J. A. Godoy), perdiendo incluso la conciencia sobre la falsedad de sus propias mentiras. ¿Cómo se puede llegar a tal nivel de delirio? Por falta de humildad, por cierto, pero también en razón de un deterioro de la orientación profesional: el bloguero consume y destruye al especialista, lo convierte en un ‘showman’ sediento de aplausos.

¿Necesitamos más amateurs? Sinceramente, pienso que no. Si hubiera más especialistas escribiendo desde el punto de vista de su especialidad, los blogs constituirían un aporte más importante a la vida ciudadana. Una democracia débil como la nuestra se vería beneficiada si cada quien cultivara con mayor convicción y profundidad aquello para lo cual se ha preparado. Escribo esto inspirado por un excelente blog, escrito por Walter Paz, sobre Educación Intercultural Bilingüe y que toca un asunto de gran relevancia para el Perú actual. Paz es un especialista bastante directo en sus afirmaciones y es un buen ejemplo de aquello que debería primar en la blogósfera peruana: la información precisa, la opinión especializada, la crítica honestamente planteada. Aprovecho la ocasión para recomendarlo con mucho entusiasmo.

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