Mantilla también regresa Por Silvio Rendon
Leemos en La Primera a Juan Carlos Tafur:
En todo esto aparece un personaje como Mantilla, quien sí se comió el pleito por las fechorías de sus compañeros. Mantilla no fue "reo contumaz", sino reo a secas. No estuvo en Colombia, ni se nacionalizó de ese país, o se fue a Francia, para volver triunfalmente. Podemos leer "Muerte en elPentagonito" y enterarnos sobre cómo Mantilla (y García mismo) estuvo detrás de los escuadrones de la muerte del APRA en los ochentas (y por supuesto recordar el verso de "Los no sé quien y los no sé cuántos": "el búfalo aprista Agustín Mantilla, Alan García y su compañía....se balancean sobre una torre derrumbada"). Toda una figura dentro del partido aprista, con obvio ascendente entre los compañeros de mediana edad. Es lógico que tenga su cuota de poder y que quiera poner a su gente en algún puesto de trabajo. Mantilla ahora encabeza la oferta laboral aprista y es testimonio de la trayectoria del APRA en las últimas décadas en el país, muy lejos del reggaeton y el teteo de García. A ver pues cómo se desenlaza la pugna dentro del APRA. La cortina de humo de la pena de muerte no les durará mucho.
Actualizacion: La respuesta de Claude Maurice Mulder Bedoya no se ha hecho esperar:
No es el único. Hay muchos apristas hablando últimamente. Leemos a Armando Villanueva, entrevistado en La República:
Las discrepancias no sólo son entre apristas, sino también entre García y sus ministros:
¿Los ministros, los técnicos, aquellos que dan credibilidad a Alan García, acaban recibiendo reprimendas? El error de fondo es que son los ministros los que deberían tener el protagonismo, no García, quien se está superponiendo a los primeros. ¿Regresaremos a los tiempos de "la política al mando" cuando García en su primer gobierno retocaba lo que hacían los técnicos?
La mano oculta de MantillaEn mi opinión, el triunfo aprista en estas últimas elecciones no representa el retorno de los partidos de toda la vida. Aparentemente, lo que hemos visto es un "huayco contenido", es decir, un outsider como Ollanta Humala que experimenta un aumento rápido de su caudal electoral, al igual que ocurrió antes con el tsunami Fujimori y el huayco Toledo. Humala parecía seguir el mismo camino hasta que chocó con García. Lo que ocurre es que el fenómeno García es otra cosa, muy diferente al García de los ochentas. El partido aprista quedó muy minimizado durante los noventas. Fue reducido a un partido de 5% del voto, sin discurso, sin propuesta. Hoy, no es ya un partido de ideología, ni de organización, al menos en las elecciones no se presentó así. García la hizo con bailes, con música, y con una gran demagogia (en esto sigue igual), al más puro estilo outsider. García es un huayco más, es un caudillo que improvisa un partido aprovechándose de un vacío político, primero, y después un grupo de gobierno, alrededor de su propia persona. Estamos viendo que sus primeros días de gobierno se han caracterizado por la improvisación y por las cortinas de humo. Seguimos esperando un mensaje al país sobre lo que se hará en materia económica. No la está haciendo. Ah, sí, una encuesta de DATUM dice que la popularidad le ha subido. Recordemos a su primer gobierno de pan popular hoy y hambre e hiperinflación para mañana. No nos dejemos llevar por las lunas de miel pasajeras. Vale más la pena vigilar lo que siembra García y no fijarse tanto en lo que viene cosechando, que no se lo debemos a él, sino al gobierno anterior.
Mucho de lo que pasa en el gobierno actual no se logrará entender si no se tiene en cuenta un hecho que pasa desapercibido para la opinión pública, como es la presencia activa e influyente de Agustín Mantilla.
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Las presiones que muchos ministros están recibiendo respecto del nombramiento de viceministros y demás funcionarios de sus respectivos sectores han tenido como mano visible –como lo hemos informado– al congresista Mauricio Mulder, pero, según información fiable, detrás del pugnaz parlamentario está la mano maquiavélica de Mantilla, quien es visto como un mártir por muchos dirigentes apristas y le siguen guardando lealtad a prueba de balas.
La alianza Mulder-Mantilla estaría tratando de sentar sus reales en contra de las intenciones de Jorge del Castillo de modernizar el partido y, a la par, gerenciar el gobierno (cosa que hasta el momento viene haciendo con propiedad). La salida del viceministro Carlos Arana, en esa perspectiva, es sintomática de esa pugna sorda.
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[vale la pena leerlo completo]
En todo esto aparece un personaje como Mantilla, quien sí se comió el pleito por las fechorías de sus compañeros. Mantilla no fue "reo contumaz", sino reo a secas. No estuvo en Colombia, ni se nacionalizó de ese país, o se fue a Francia, para volver triunfalmente. Podemos leer "Muerte en elPentagonito" y enterarnos sobre cómo Mantilla (y García mismo) estuvo detrás de los escuadrones de la muerte del APRA en los ochentas (y por supuesto recordar el verso de "Los no sé quien y los no sé cuántos": "el búfalo aprista Agustín Mantilla, Alan García y su compañía....se balancean sobre una torre derrumbada"). Toda una figura dentro del partido aprista, con obvio ascendente entre los compañeros de mediana edad. Es lógico que tenga su cuota de poder y que quiera poner a su gente en algún puesto de trabajo. Mantilla ahora encabeza la oferta laboral aprista y es testimonio de la trayectoria del APRA en las últimas décadas en el país, muy lejos del reggaeton y el teteo de García. A ver pues cómo se desenlaza la pugna dentro del APRA. La cortina de humo de la pena de muerte no les durará mucho.
Actualizacion: La respuesta de Claude Maurice Mulder Bedoya no se ha hecho esperar:
Mauricio Mulder niega pugna con Jorge del CastilloLo mismo dice Correo: Según Mulder, “derecha negra y oscura” quiere enfrentarlo con el Primer Ministro . Bueno, cada uno da su versión....
El congresista y secretario general del APRA, Mauricio Mulder, rechazó ayer las versiones que aseguran la existencia de un enfrentamiento con el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, y otros dirigentes de su partido, a la vez que negó cualquier vinculación con el ex ministro del Interior, Agustín Mantilla, quien purgó cárcel por delitos de corrupción.
“La derecha peruana siempre ha pretendido separarnos diciendo que uno es de derecha y el otro de izquierda. Nunca ha podido demostrar un solo caso en que hayamos tenido una desavenencia pública o privada”, indicó.
Por eso no descartó denunciar al periodista Juan Carlos Tafur por efectuar ese tipo de afirmaciones a través de su medio de comunicación.
No es el único. Hay muchos apristas hablando últimamente. Leemos a Armando Villanueva, entrevistado en La República:
¿Sabe quiénes fundaron el primer comité del partido en Cusco? Fueron estudiantes cusqueños que seguían cursos en París. Eran hijos de hacendados a los que Haya cambió la manera de pensar. Pero al llegar al Cusco el hombre común y corriente los reconocía solo como hijos de hacendados. Efectivamente, eran hijos de ricos que luchaban por los pobres, pero no lo entendieron así. Fue un error de táctica.Es decir, tenían la imagen que tiene Lourdes Flores a nivel nacional. Todavía la tienen en algunos ambientes.
Las discrepancias no sólo son entre apristas, sino también entre García y sus ministros:
"La respuesta del presidente García a la oposición de varios de sus ministros es que su propuesta es una promesa de campaña que ellos 'deben' acatar". En ¿Al caballazo?(12/08/2006).¿Acatar? La cosa es también entre "políticos" (apristas) y "técnicos":
La noche del jueves hubo más de una reprimenda en Palacio de GobiernoAl respecto, Manuel Burga en Los riesgos de un gabinete plural sostiene:
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Al terminar de hablar Alan García, la ministra María Zavala explicó su posición: "Señor Presidente, comprenda que algunos de nosotros no somos políticos sino técnicos y nos ha faltado defender dicha posición".
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Incómodo, García Belaunde intervino. Admitió el error, dijo que él y los otros ministros se equivocaron al ventilar las discrepancias ante la prensa.
Enseguida habló el ministro de Economía, Luis Carranza, para solidarizarse con sus colegas. Señaló que por la experiencia que tenía en cargos públicos entendía que se trataba de un problema de técnica y que a veces no se sabe cómo actuar en tales circunstancias.
Yo creo que lo que él (Alan García) ha dicho es que su propuesta ha sido una promesa electoral y que por tanto la va a llevar hasta las últimas consecuencias y esto significa confrontarla en el Congreso y con los juristas. Creo que él siente que debe cumplir con esa promesa que, en realidad, es una interpretación de un sentimiento popular general.Algo naiv el historiador y ex rector de San Marcos. Más agudo Juan Carlos Tafur en Mal Síntoma nos comenta:
Si García dice que el tema de la pena de muerte lo tiene que ejecutar de todas maneras porque fue una promesa electoral (aunque, para ser exactos, nunca pasó de ser una referencia hecha en las plazas públicas, ya que ni siquiera está en su plan de gobierno), pues que haga lo mismo con la autonomía ejecutiva del gabinete ministerial, que ese sí fue un compromiso reiterado.¿Cumplir una promesa electoral? Como si García fuera a dar puntada sin hilo.
¿Los ministros, los técnicos, aquellos que dan credibilidad a Alan García, acaban recibiendo reprimendas? El error de fondo es que son los ministros los que deberían tener el protagonismo, no García, quien se está superponiendo a los primeros. ¿Regresaremos a los tiempos de "la política al mando" cuando García en su primer gobierno retocaba lo que hacían los técnicos?
Etiquetas: Política
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