Abismos salariales Por Silvio Rendon
Leo en el blog de Actualidad Económica:
Ricos muy Ricos... con la nuestraComentario: Veamos:
por Pedro Francke
Parece que los gerentes mineros ganan mucho dinero. Si los comparamos con lo que ganan los obreros mineros de Casapalca, no cabe duda: ese ejecutivo gana más que 200 trabajadores juntos. Una sola persona gana lo que obtienen doscientos.
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En fin, el mundo es así: cada quien baila con su propio pañuelo. Total, si Dios se los dio, que San Pedro de los bendiga. Ooops. Resulta que los minerales que se encuentran en el territorio peruano, según nuestra Constitución, pertenecen a la Nación. El pañuelo no es de ellos. Esa riqueza no se las dio Dios, es de todos los peruanos. (...)
- Servicios diferentes tienen precios diferentes. Si te vas en taxi pagas más que si te vas en combi. Un gerente de una mina gana más que un obrero de la misma forma que un vicerector o un decano en una universidad gana más que un jefe de prácticas o que un jardinero. Es lo normal. Lo anormal sería que no existieran diferencias salariales. Los precios, y un caso particular de los precios son los salarios, se fijan en un mercado, no en forma normativa en base a lo que es "justo" (como proclamaban las teorías medievales del "precio justo"). Constatar los abismos salariales, como ponerse a contar cuántos salarios mínimos gana un ejecutivo minero, el presidente de la república, o el dueño de mototaxi, no pasa de ser un ejercicio descriptivo. De por sí no nos dice mucho.
- Los minerales son del estado peruano, que supuestamente representa a todos los peruanos. Muy bien. El estado lo entrega en concesión a manos privadas. Lo otro sería que como el mineral "pertenece a la nación" el estado lo explote. Eso ya se hizo y no es cierto que más los pobres se hubieran beneficiado mucho de empresas como Hierro-Perú, Minero-Perú, Centromín-Perú, etc. Entonces, si el estado da una explotación en concesión, ésta se hace bajo ciertos contratos. Cuando los precios de los minerales caen, el estado no tiene por qué apoyar a las empresas mineras con estímulos fiscales. Cuando los precios de los minerales suben, el estado tampoco tiene que intentar cobrarle más impuestos a las empresas (De hecho García ya cobró "aportaciones voluntarias" a los mineros, ¿qué hizo con ellas? ¿dónde está el alivio de la pobreza producto de estas aportaciones?). Hoy ganas, mañana pierdes. Así es la actividad empresarial. Funciona bajo incertidumbre. Son las empresas las que absorben los riesgos y según los tiempos reciben ganancias extraordinarias, medias, bajas o pérdidas...y la pérdidas también pueden ser bajas, medias o extraordinarias. Cambiar las reglas de juego en forma discrecional no hace sino crear inestabilidad y es contraproducente en un país tan inestable como el nuestro.
- Lo que se está viendo en estos últimos meses es que el cuello de botella para aliviar la pobreza en el país viene por el lado de tener proyectos de calidad, más que por no contar con recursos para este fin.
Etiquetas: Alan García, Economía, Minería
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