Gran publico / Gran publicidad Por Daniel Salas
El debate sobre el afiche del XI Encuentro Latinoamericano de Cine suscita la pregunta sobre qué es publicidad de calidad. Susana Frisancho, en más de una ocasión, ha criticado la incapacidad de los comunicadores por entender a su público, afirmando que muchos publicistas no toman en cuenta la capacidad de la mayoría de las personas para entender los mensajes. Uno podría sentirse tentado entonces a concluir que la calidad publicitaria y su capacidad de impactar en el público son dos cualidades excluyentes. ¿Cómo hacemos para que el público entienda? Respuesta: Se la hacemos facilita, nada de sutilezas, nada de complicaciones. Yo creo que ese no es el punto y tampoco creo que sea lo que Susana ha querido decir. En mi opinión, calidad y capacidad de comunicar pueden ir juntas. El problema no está en el público, sino en la pobre capacidad creativa de nuestros publicistas.
Para demostrar mi punto, les dejo aquí uno de los tantos avisos publicitarios realizados por David Lynch. En este caso, se trata de un aviso destinado a enseñar a la gente a no ensuciar New York, un mensaje sin duda también urgente para la ciudad de Lima. El anuncio es claro, contundente y no suscita controversias raciales y el logro final es de alta calidad (sí, ya lo sé, soy un fan; al contrario de lo que muchos desavisados creen, no soy tan fan de Vargas Llosa ni lo considero un dios; quien ocupa ese lugar en mi santuario personal es Lynch, de quien ayer pude ver finalmente su "Inland Empire", fracaso comercial recientemente lanzado en DVD). Poner a Lynch al lado de nuestros publicistas puede sonar abusivo pero estoy convencido de que se debe aprender de los maestros y que nunca deja de ser más provechoso tratar de ponerse a la altura de los mejores, no de los medianos.
Es un anuncio que dura un solo minuto. ¿Por qué no lo vemos?
Limpia. New York nos importa.
Para demostrar mi punto, les dejo aquí uno de los tantos avisos publicitarios realizados por David Lynch. En este caso, se trata de un aviso destinado a enseñar a la gente a no ensuciar New York, un mensaje sin duda también urgente para la ciudad de Lima. El anuncio es claro, contundente y no suscita controversias raciales y el logro final es de alta calidad (sí, ya lo sé, soy un fan; al contrario de lo que muchos desavisados creen, no soy tan fan de Vargas Llosa ni lo considero un dios; quien ocupa ese lugar en mi santuario personal es Lynch, de quien ayer pude ver finalmente su "Inland Empire", fracaso comercial recientemente lanzado en DVD). Poner a Lynch al lado de nuestros publicistas puede sonar abusivo pero estoy convencido de que se debe aprender de los maestros y que nunca deja de ser más provechoso tratar de ponerse a la altura de los mejores, no de los medianos.
Es un anuncio que dura un solo minuto. ¿Por qué no lo vemos?
Limpia. New York nos importa.
Etiquetas: David Lynch, publicidad, público, toronja
<< Home