La desconocida psicología Por Susana Frisancho
Hay disciplinas profesionales que son mucho menos conocidas que otras. La gente sabe más o menos de qué se ocupa un abogado, un administrador de empresas o un médico, pero ignora generalmente cual es el quehacer profesional de -por ejemplo- un geógrafo, un lingüista o un antropólogo. Entre las disciplinas poco conocidas y/o distorsionadas está la psicología, la que se asocia usualmente a la práctica clínica y a la psicoterapia como si esa fuera la única o la principal actividad profesional de un psicólogo. La gente puede imaginarse al psicólogo atendiendo un paciente, pero no se le ocurre pensarlo construyendo o evaluando un programa educativo, y mucho menos haciendo investigación de laboratorio para diseñar un tablero de control de un avión que sea eficiente y minimice el riego de confusión de los pilotos. En general las personas no leen sobre psicología y son ignorantes del quehacer y los modos de operar de esta disciplina. Comenté sobre estas dificultades de percepción de la psicología como disciplina en este artículo de mi columna de La República:
Psicología y sociedad
Un ejemplo de este estado de cosas, que me parece especialmente grave por provenir de un científico social, aparece en esta columna de Hugo Neira en la que critica el trabajo de Jorge Yamamoto, psicólogo social de la PUCP, en los siguientes términos:
El delicioso señor Yamamoto
No es mi intención defender aquí las interesantes investigaciones de Jorge Yamamoto. Si bien yo he discrepado con él en más de una oportunidad por cuestiones de conceptualización teórica, considero que su trabajo es serio y que no necesita en absoluto de mi defensa. El propio Jorge responde a las críticas de Neira en esta carta:
La infelicidad en el Perú
Mi intención es más bien sacar a la luz el modo como, incluso desde otras ciencias sociales, se producen las distorsiones de las que hablo más arriba respecto al quehacer de la psicología y a sus propuestas como disciplina. Creo yo que la ignorancia es atrevida (esto es patente en el caso del artículo de Neira), y que quizá -hago una autocrítica- seamos los propios psicólogos los que hayamos fallado en difundir el campo de acción posible y los aportes de nuestra disciplina.
Nota: los interesados en las investigaciones sobre bienestar subjetivo y felicidad pueden encontrar gran cantidad de información en la web o en las bases de datos especializadas.
Psicología y sociedad
Un ejemplo de este estado de cosas, que me parece especialmente grave por provenir de un científico social, aparece en esta columna de Hugo Neira en la que critica el trabajo de Jorge Yamamoto, psicólogo social de la PUCP, en los siguientes términos:
El delicioso señor Yamamoto
No es mi intención defender aquí las interesantes investigaciones de Jorge Yamamoto. Si bien yo he discrepado con él en más de una oportunidad por cuestiones de conceptualización teórica, considero que su trabajo es serio y que no necesita en absoluto de mi defensa. El propio Jorge responde a las críticas de Neira en esta carta:
La infelicidad en el Perú
Mi intención es más bien sacar a la luz el modo como, incluso desde otras ciencias sociales, se producen las distorsiones de las que hablo más arriba respecto al quehacer de la psicología y a sus propuestas como disciplina. Creo yo que la ignorancia es atrevida (esto es patente en el caso del artículo de Neira), y que quizá -hago una autocrítica- seamos los propios psicólogos los que hayamos fallado en difundir el campo de acción posible y los aportes de nuestra disciplina.
Nota: los interesados en las investigaciones sobre bienestar subjetivo y felicidad pueden encontrar gran cantidad de información en la web o en las bases de datos especializadas.
Etiquetas: Hugo Neira, ignorancia, Jorge Yamamoto, Psicología
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