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17 nov. 2007

El cuento del liberalismo económico: CEMEX y el Banco Azteca Por Giovanna Aguilar

Desde que la rebaja arancelaria decretada por el gobierno, el pasado mes, puso a flote lío del cemento y los actores que están involucrados en el (los empresarios cementeros peruanos, en particular Cementos Lima, la transnacional mexicana CEMEX y el gobierno), me quedé pensando en que el asunto no era sencillamente algo relacionado con la competencia en un libre mercado sino que hay algo más detrás de lo que aparentemente es una cuestión de política comercial que afecta la competencia entre empresas. Y es que hay algo que huele a mal.

El conflicto viene de antes de la rebaja arancelaria del 13 de octubre en la que se incluyó al cemento importado. Como lo informa Expreso y Luis Alberto Chávez, esta historia tiene ya algunos años y está pareciéndose a una novela de mafia y corrupción. Los productores nacionales de cemento han denunciado que la entrada al mercado de la cementera mexicana CEMEX obedece a una venganza debido a la negativa de Cementos Lima de retirarse del mercado estadounidense, donde CEMEX opera. La denuncia indica que CEMEX habría entrado al mercado peruano ejerciendo precios dumping por lo que la Asociación de Productores Nacionales (ASOCEM) habría denunciado, en agosto de este año, a CEMEX ante el INDECOPI. Según lo refieren las fuentes citadas y el propio comunicado de Cementos Lima emitido poco después de la rebaja de aranceles, el objetivo de CEMEX sería arruinar a Cementos Lima en el mercado local, para luego comprarla y hacerse del mercado interno y de paso deshacerse de ella en el mercado gringo.

Pues bueno, en este lío hay varias cosas que comentar.

Efectivamente, se trata de un conflicto entre dos empresas, una nacional y otra extranjera por el mercado de cemento no sólo local sino también por una parte del estadounidense. Hasta ahí digamos, que todo parecería natural en un mundo globalizado como el actual donde la competencia por mercados se da a nivel mundial. Sin embargo, la cosa no termina con eso, pues en medio de todo esto va trasluciéndose algo que si me parece grave. Y es la extraña participación del gobierno en todo esto.

Que la rebaja arancelaria haya incluido al cemento en un contexto en el que ya se venían dando las denuncias de prácticas anticompetitivas ejercidas por CEMEX llama tremendamente la atención. El gobierno, a través del propio Presidente García Pérez y del Ministro de Vivienda Garrido Lecca ha respondido a los cementeros nacionales diciéndoles que todo esto beneficiará la competencia en el sector y por tanto a los consumidores finales y que no deben “quejarse” por la política económica que el gobierno está desarrollando.¿Qué hace que el gobierno intervenga de esta manera en una situación como la denunciada por ASOCEM, con el argumento de que hay que promover la competencia, el libre mercado para beneficio de todos?. Sospecho que aquí hay un negocio entre el gobierno y CEMEX que envuelve prácticas corruptas de un lado y del otro.

CEMEX es una empresa mexicana de propiedad de uno de los 11 hombres más poderosos de México: Lorenzo Zambrano.

En este libro del periodista Jorge Zepeda Patterson Los amos de México, tal como lo señala el diario El Universal de México, se da cuenta de las características del accionar de estos empresarios: prácticas empresariales que hacen que los políticos mexicanos se subordinen a sus intereses. Obviamente debe estar hablándose de prácticas corruptas, prebendarias, ejercidas por estos empresarios y que muy bien podrían estar siendo exportadas ahora, desde México al Perú a través de Lorenzo Zambrano y su CEMEX. El Perú estaría siendo terreno fértil para este tipo de accionar con un gobierno como el del APRA que ya ha dado muestras de que le entra a la corrupción sin mayores reparos. Pero, ¿cuál es el negocio que estaría produciéndose detrás?, ¿será acaso la reconstrucción del sur?.
La participación del gobierno en este asunto, con la rebaja “discriminada” de aranceles, las declaraciones del presidente y del Ministro de Vivienda y con el traslado del ministro Garrido Lecca supuestamente, para acelerar a la burocracia desde allá y echar a andar el proceso, son sospechosas. Pero hay un dato más, que haría todavía más sospechosa la participación del ministro Garrido Lecca en este conflicto. Se trata de la denuncia hecha por el ex-Ministro de Vivienda Carlos Bruce quien afirmó que el Banco Azteca, (banco mexicano, propietario de las tiendas Elektra y que en breve comenzará a operar en nuestro país), habría pagado a Garrido Lecca comisiones por conseguir que la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) le otorgue el permiso de funcionamiento en tiempo récord. El ministro se defendió con poca credibilidad pues es conocido que entre el y el dueño del Banco Azteca hay una amistad que data de años anteriores a la participación de Garrido Lecca en el actual gobierno, según las declaraciones del propio vicepresidente del consejo de administración del Banco Azteca, Luis Niño de Rivera.
En el caso del Banco Azteca las autoridades también han justificado su entrada al mercado financiero nacional apelando a la mayor competencia que se generaría como consecuencia de la entrada de este nuevo intermediario financiero y la consiguiente reducción en las tasas de interés para los consumidores.
En este caso como en del cemento, no se trataría entonces de la existencia de una sana intención de incentivar la libre competencia con la eliminación de aranceles, o dejando que otras empresas entren a competir en el sector cementero o financiero sino del ejercicio de prácticas corruptas de los gobernantes locales y de empresarios extranjeros disfrazadas de liberalismo económico. ¿Será que este gobierno ha encontrado una nueva forma de ejercer la corrupción a la que está muy acostumbrado y nos está vendiendo el cuento de que todo esto es para incentivar el libre mercado a fin de beneficiar al consumidor peruano?. No pues, no se trataría de un triunfo del liberalismo como quieren hacer creer, sino un triunfo de la corrupción, esta vez, disfrazada de sensata política económica.
Hay que prestar atención sobre esto, pues de ser ciertas estas sospechas, estaríamos ante una situación grave y seria en la que nuestro país estaría entrando al mercado de la corrupción ejercida por empresas extranjeras (acostumbradas a tener "operadores" de alto vuelo a nivel de ministros) con la complicidad del gobierno.

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