Vargas Llosa se entusiasma con García Por Silvio Rendon
Buenos Aires bajo nieve.
Foto tomada de La Nación
Llego a un Buenos Aires nevado y me comentan que Vargas Llosa escribió un artículo en La Nación donde expresa un gran entusiasmo por el gobierno de Alan García, su otrora enemigo político. Efectivamente:
¿Otro país? Por Mario Vargas LlosaVale la pena leerlo completo. Alguien se embala y me pronostica que Vargas Llosa va camino a ser nombrado embajador del Perú en Francia....
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¿A cuántos peruanos beneficia de manera visible e inequívoca la prosperidad de que goza ahora Perú? Yo creo que a no más de un tercio. A los dos tercios restantes les llega apenas, porque las estructuras tradicionales, casi intocadas, impiden que exista esa igualdad de oportunidades sin la cual un país no progresa de verdad aunque sus cifras macroeconómicas sean sobresalientes y goce de elecciones libres y libertad de expresión. (...) El famoso derrame llega sólo a cuentagotas a esos sectores y eso, como es natural, desmoraliza y exaspera a los millones de pobres que oyen hablar de una situación excepcionalmente buena para el país y se sienten excluidos de esa supuesta bonanza. A ello se debe, en buena parte, la agitación social continua -huelgas, bloqueo de carreteras, toma de locales- que, tanto en la capital como en provincias, caracteriza a la actualidad peruana.
Pese a todo ello, confieso que estos dos meses que he pasado en Perú me han dejado mucho más esperanzado que en otros viajes. Este sentimiento no se debe tanto a las buenas estadísticas, sino a la sensación de que algo profundo parece haber cambiado en la cultura del país. Habría que ser ciego para no verlo. En tanto que en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, amplios sectores sociales, por diversas razones, experimentan una regresión, que gana conciencias y corazones para las apolilladas recetas populistas -nacionalismo, estatismo, colectivismo-, mi impresión es que una mayoría de peruanos han enterrado esos lastres y van aceptando, algunos con entusiasmo y otros a regañadientes, que si queremos salir de la barbarie de la pobreza, la ignorancia, la explotación y el atraso, no hay más que una receta en el mundo de hoy: democracia política, economía de mercado, estabilidad jurídica, apertura de fronteras, incentivos para la inversión y el ahorro, respeto de la propiedad e impulso a la empresa privada.
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La notable transformación del presidente Alan García, que, en buena hora para Perú, hace ahora exactamente lo contrario de lo que hizo en su primer gobierno, es expresión y consecuencia de esa evolución de una considerable parte de la opinión pública hacia el realismo y gradualismo que caracterizan a la cultura de la libertad. Por primera vez en mucho tiempo, intuyo -con palpitaciones y tocando madera- que, después de tanto tiempo de andar a remolque, Perú podría pasar a ocupar un puesto de vanguardia en el contexto latinoamericano.
Comentario: No comparto el entusiasmo del escritor por Alan García. Lo he dicho en diversos posts. Hay un cambio de mentalidad en ciertos segmentos, pero también hay una reafirmación de la mentalidad que Vargas Llosa considera perniciosa: miremos sino la votación de Ollanta Humala en las últimas elecciones presidenciales. Se vienen dando una serie de conflictos regionales y sindicales en el país y es el gobierno, Del Castillo, el que le da un contenido político al asunto: "son los picones que perdieron las elecciones" sentenciaría Del Castillo hace poco. Lo pone en términos de sistema vs. antisistema. Elevan diversos conflictos puntuales a un conflicto político, magnificando el poder de grupos como Patria Roja y al mismo Humala. Hay preocupación. La popularidad de Alan García viene cayendo en picado, sin ninguna gran oposición política a la vista. Ollanta Humala está tranquilo, no lidera nada, no hace declaraciones. Eso sí: desde su punto de vista es lo mejor que puede hacer si quiere seguir con opción en las próximas elecciones. Le conviene seguir callado y que otros hablen de él haciéndole publicidad gratuita...
Por su parte, Vargas Llosa llega tarde en expresar su entusiasmo por Alan García. Ya muchos centro-derechistas lo hicieron antes que él. Es un gesto simpático que manifieste públicamente que apoya al gobierno peruano, pero equivocado. La derecha y centro derecha han optado por este entusiasmo ingenuo por García, con lo cual están regalando la oposición a un gobierno en desgaste a las posiciones chavistas en ascenso. Compartirán así el desgaste del gobierno. Mal jugado. Que Bayly "se vuelva aprista" en plena campaña fue curioso, pero tenía sentido; que Vargas Llosa apoye a García a un año de gobierno es completamente desacertado... Al estilo de El pez en el agua, Vargas Llosa parece vivir en una burbuja... Señales como el copamiento aprista de instituciones públicas, la forma cómo socava a sus ministros(as), la toma de control sobre las reguladoras, etc. no señalizan un gran cambio en Alan García. El gran cambio ha ocurrido más bien entre la gente que se oponía a García: ha vuelto a ser encantada por éste, como ocurrió hace más de veinte años....
Etiquetas: Alan García, Economía, Mario Vargas Llosa, Perú
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