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1 ago. 2007

Mejoras de Pareto y pobreza Por Silvio Rendon

Se puede hablar de una mejora de Pareto cuando en una economía al menos una persona mejora su situación sin que ninguna otra esté peor. El Perú, un conjunto de agentes, está en un evidente proceso de crecimiento, pero ¿se puede hablar de una mejora de Pareto? Si uno se basa en los agregados gruesos, pareciera que sí. Si uno se basa en lo que se viene diciendo en algunos medios, sin lugar a dudas. Sin embargo, uno no tarda mucho en encontrar evidencias en sentido contrario. Tomemos como métrica el porcentaje de pobres en el país. Un indicador grueso, pero informativo al fin. Según el último Informe técnico del INEI sobre la pobreza en el Perú, estamos ante una reducción de la pobreza en el país:
  • Perú: de 48,6 en 2004 a 44,5 en 2006.
La reducción de la pobreza es importante por regiones:
  • Costa urbana: de 37,1 en 2004 a 29,9 en 2006.
  • Costa rural: de 51,2 en 2004 a 49,0 en 2006.
  • Sierra urbana: de 44,8 en 2004 a 40,2 en 2006.
  • Sierra rural de 75,8 en 2004 a 76,5 en 2006.
  • Selva urbana: de 50,4 en 2004 a 49,9 en 2006.
  • Selva rural: de 63,8 en 2004 a 62,3 en 2006.
  • Lima Metropolitana: de 30,9 en 2004 a 24,2 en 2006.
Evidentemente, la imagen de mejora se ve cuestionada con el dato que en la sierra rural la pobreza ha aumentado. El INEI da un intervalo de confianza que sugiere que la diferencia en el año 2004 y 2006 no es significativa. Todavía podríamos seguir pensando que hay una mejora de Pareto en el país. Ahora veamos la página 15 del Informe técnico del INEI . Encontramos harto departamento donde la pobreza tiende a aumentar:
  • Apurimac: 2004: 65,2 [58,5; 72,0], 2006: 74,8 [68,6; 81,0]
  • Ayacucho: 2004: 65,9 [60,8 71,0], 2006: 78,4 [74,1; 82,8]
  • Huancavelica: 2004: 84,8 [80,2; 89,5], 2006 88,7 [85,0; 92,5]
  • Junín: 2004: 49,6 [43,7; 55,6], 2006: 49,9 [43,7; 56,0]
  • Pasco: 2004: 65,7 [59,2; 72,2], 2006: 71,2 [65,4; 77,1]
  • San Martín: 2004: 51,9 [44,9; 58,8], 2006: 54,3 [47,6; 61,0]
(En corchetes los intervalos de confianza). Aquí el panorama se matiza un poco y se nos evidencia que nos falta todavía para que haya una mejora de las condiciones de vida de todos los agentes economicos en el país. Definitivamente, no se puede hablar de una mejora de Pareto. (Al respecto ver también El Mapa Socioeconómico del Perú).

Una vez hecha esta constatación se abren las opciones. El crecimiento está ocurriendo y se está propagando. El porcentaje de pobres se ha reducido en varios departamentos de país, incluyendo a algunos de la sierra como Cusco, Puno y Cajamarca. Esta evidencia alienta a la visión de insistir en el camino que se viene siguiendo. El mensaje presidencial dejaba entrever esta lógica. El crecimiento llegaría lentamente a la sierra rural por cuestiones de geografía. Si fuéramos un país plano como la Argentina o Francia, el crecimiento llegaría más rápido. Otra visión del asunto es que el modelo económico no funciona del todo, al menos tal como está ahora, y se necesitarían ajustes (ver, por ejemplo, El Mensaje del 28 de Waldo Mendoza). Venimos de una ola de protestas que son una voz de alerta. El primer enfoque de dejar-crecer se combina bien con la idea de reprimir las protestas, como que hace poco detuvieron a diversos dirigentes sindicales y políticos. Las protestas serían hechas por agitadores, picones que perdieron las elecciones, etc.
Cuando una institución se oponga al desarrollo de un sector arguyendo que daña el medio ambiente y dirija sus ataques a las empresas más grandes y no a las que más contaminan, es muy posible que no sea el medio ambiente lo que le preocupe sino dañar el desarrollo empresarial por razones ideológicas o para justificar las donaciones que recibe.
...
la gente verdaderamente necesitada no tiene plata para pagar publicidad en contra de medidas de política, ni tiempo para interrumpir carreteras. El Estado no debe distraerse con esas presiones. Es fácil saber en dónde realmente se le necesita: el 76.5% de la población de la sierra rural es pobre y el 46.5% es pobre extremo. En la selva rural, estos porcentajes son de 62.3% y 24.6%, respectivamente.
Diego Isasi, Lo que ellas quieren
La segunda visión, ajustes al modelo, suele venir con la idea de atender a las protestas. En Un sentido común muy riesgoso Martín Tanaka critica a la primera visión:
Primero, porque se equivoca al suponer que el mercado, por sí solo, superará el problema de la exclusión social. Sin una estrategia clara de combate a la exclusión, el crecimiento aumentará las desigualdades y creará más tensiones, lo que podría llevar a más conflictos. Segundo, se tiene que entender que hay cierta racionalidad en las protestas; por lo general, la gente pide cosas razonables, después de aguantar mucho. Si se responde solamente con represión, se aviva el fuego.
Coincido más con lo segundo que con lo primero. Las protestas suelen ser razonables y, más aún, atendibles. No tiene sentido que el gobierno central se abra tantos frentes como lo ha venido haciendo. Aquí sí que ha demostrado algo de incompetencia que tendría que resolver. Y sobre lo primero, el gobierno tiene un rol importante en lo que es infraestructura pública. Los lugares más pobres son los que carecen de ella. En tal sentido, el estado ya tiene muy bien delimitado su rol en temas como infraestructura, educación, salud, programas de ayuda y otros. Cuestión de cumplir con ese rol en forma competente. Pero eso no es todo. El tema de fondo es precisamente la creación y fortalecimiento de los mercados en las zonas más pobres el país. La solución de fondo al problema de la pobreza está en que sean zonas rentables por sí mismas. Aquí la pregunta es si existen incentivos suficientes y cuáles son las restricciones para la inversión en esas regiones. No es que el mercado tenga que llegar de afuera; el mercado tiene que surgir de allí mismo. Por ejemplo, se tiene que pensar en una Huancavelica rentable, de potencialidad productiva, atractiva para la inversión de sus propios residentes como para los de afuera. ¿Qué incentivos hay para que esta imagen prevalezca? No suena a que muchos. Más bien parece tenerse en mente a una Huacavelica asistida desde afuera en base a donaciones, transferencias, etc. Claro, hay mucho que hacer y se tiene que comenzar por las urgencias. Se entiende. Pero en el largo plazo se necesita un despegue productivo y de mercado, sin lugar a dudas. No veo otra opción para pasar, por fin, a una mejora de Pareto. Esperemos que en un próximo informe sobre la pobreza en el país podamos concluir que esta mejora se produjo.

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