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29 dic. 2007

El perdón viene de las víctimas Por Susana Frisancho

El perdón, esa categoría a veces tan esquiva y a la que tantos se atreven a invocar en los últimos tiempos es, por sobre todo, una experiencia psicológica básica y fundamental. El perdón es un acto gratuito de parte de una persona que ha sufrido injusticias o daños a su dignidad como ser humano, o a su integridad, y que elige, a pesar de su desgracia, dejar ir el resentimiento para seguir adelante con la vida. Porque sin perdón, tal como dijera alguna vez el Arzobispo Desmond Tutu, no hay futuro, ya que es solo a través del acto genuino de perdonar que abrimos la puerta para que el otro tenga la oportunidad de comenzar de nuevo, a la vez que nos liberamos del resentimiento, el que siempre se convierte en rabia y hostilidad y nos hace daño a nosotros mismos. Por ello, recalco que al ser una experiencia psicológica subjetiva e individual el perdón solo puede provenir de las víctimas, y enfatizo que el perdón nunca es amnesia. Debemos perdonar pero no debemos olvidar, especialmente cuando se trata de experiencias que han afectado a comunidades o países enteros. El que olvida, corre el riesgo de repetir los errores del pasado, y por lo tanto debe entenderse que el perdón, como experiencia subjetiva, no tiene nada que ver con los caminos que debe seguir la justicia y no debe bloquearlos. En este sentido, y como bien dice Gonzalo Gamio en su blog Política y Mundo Ordinario: Bosquejos Postliberales, “las amnistías constituyen una perversión del perdón, en tanto los gobiernos o los parlamentos usurpan la potestad exclusiva de las víctimas con el fin de obtener impunidad para los perpetradores”.

Desde la psicología, existe evidencia de que la experiencia de perdonar lleva a la víctima a reconstruirse como una persona más saludable y –de algún modo- más feliz de lo que sería si no hubiera perdonado. En este sentido, el perdón es una necesidad para la continuidad de la existencia humana. Pero este no puede usurparse: son las víctimas las que perdonan, nunca los victimarios.

Artículo publicado en el diario La República el 28 de Diciembre de 2007. Aquí.



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