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22 dic. 2006

César Hildebrandt y la negación del Holocausto Por Silvio Rendon

César Hildebrandt en Otra historia del Holocausto defiende a David Irving, según él un historiador que se atreve a hacer algunas preguntas incómodas sobre el tema. ¿Y quién es esta persona?
"I don't see any reason to be tasteful about Auschwitz. It's baloney, it's a legend. Once we admit the fact that it was a brutal slave labour camp and large numbers of people did die, as large numbers of innocent people died elsewhere in the war, why believe the rest of the baloney?" Irving said.

He added, "I say quite tastelessly, in fact, that more women died on the back seat of Edward Kennedy's car at Chappaquiddick than ever died in a gas chamber in Auschwitz."

He went on, "Oh, you think that's tasteless, how about this? There are so many Auschwitz survivors going around, in fact the number increases as the years go past, which is biologically very odd to say the least. Because I'm going to form an Association of Auschwitz survivors, survivors of the Holocaust and other liars, or the ASSHOLS."


Más sobre David Irving en la web de Nizkor
Los llamados revisionistas son negadores del holocausto (negacionistas) disfrazados de historiadores serios (ver aquí). Todos ellos están vinculados a movimientos antisemitas y neonazis (ver aquí). Lamentablemente, en la última década son también movimientos de izquierdas, y no sólo las izquierdas radicales sino también las moderadas, las que han sido presa del engatuzamiento negacionista. En los discursos de izquierdas se perciben la explicaciones conspirativas del antisemitismo de toda la vida. A falta de propuestas echan mano a lo que pueden y coinciden en las ideas e incluso en la acción con personajes inesperados, provenientes del fundamentalismo musulmán y del neonazismo. En los últimos días el gobierno iraní, gran promotor de Hugo Chávez en nuestra region, promovió una conferencia de negación del Holocausto, donde entre otros asistió un ex jefe del Ku Kux Klan.

Todo esto llega al Perú algo tarde y en boca de un controvertido periodista propenso a los golpes bajos.






"El Enano, historia de una enemistad"
Fernando Ampuero lo pintaría magistralmente como alguien inescrupuloso y deshonesto...



Actualización: Recomiendo el excelente post El perfecto negacionista de Gustavo Faverón donde nos explica quiénes son Irving y los negacionistas y nos desmenuza lo que escribe Hildebrandt.
En los comentarios Daniel Salas considera acertadamente a la negación de las muertes por la guerra interna en el Perú como un negacionismo. A propósito mencionaré que el equipo Nizkor que cité anteriormente tiene una página dedicada a América Latina. El punto es interesante, pues en la Alemania de la postguerra no había tal negacionismo. Se sabía lo que había pasado, sólo que decían "no sabíamos que eso estaba pasando". Eran y son bien concientes de lo que había ocurrido. El negacionismo vino después y no precisamente en Alemania. En el Perú parece que es al revés y abarca además a la población en general. Por ponerlo exagerado: todos sabían lo que estaba pasando mientras pasaba y lo justificaban; es después que vino la amnesia colectiva. Lo que empezó como minimización y justificación acabó como negación. En buena cuenta el discurso oficial con su lenguaje orwelliano (por ejemplo, llamar "exceso" a quemar vivo a un niño en Accomarca o llamar "combatir el revisionismo" o "liberar una zona" o algo así a dinamitar o acuchillar a un alcalde electo) ha minimizado el asunto y ha abierto las puertas para la posterior negación en nuestras caras peladas. Se trata de olvidar lo que pasó, sin detalles, sin explicaciones, ni nada de eso. A otra cosa mariposa. Me recuerda a la película "La hija del capitán" con John Travolta, cuando el padre le dice a la hija que ha sido vejada: "eso nunca pasó". Con decir algo tan monstruoso, el padre se convierte en el asesino de su propia hija. La negación acaba siendo más letal que la propia violencia sufrida. Así estamos. En tal sentido el negacionismo de un puñado de pseudo-historiadores es bebe comparado con el negacionismo masivo que vive el Perú.

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