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22 mar. 2007

PUCP: el lado bueno del jaque Por Silvio Rendon








Con la espada desenvainada....
Se viene una nueva guerra de las galaxias por la PUCP














Hay un lado bueno de la intervención cardenalicia en la PUC: puede servir como estímulo externo para corregir algunas cosas que no han estado funcionando bien en la institución. Depende de cómo lo lleven. Obviamente que si las autoridades actuales pierden, digo es un decir, pues no tendrán mucho margen para corregir nada. Si ganan, pues que no se duerman en sus laureles. Que no se interprete que el cerrar filas con la institución y el apoyo irrestricto de muchos de nosotros es una convalidación a lo que siempre hemos criticado. Que tomen el ataque externo como una señal de alerta. Un par de cosas:
  1. La PUC como institución tuvo un perfil político muy alto por la CVR. Si bien hubo algunos connotados personajes provenientes de la institución como ministros de Fujimori, finalmente quedó la imagen de la PUCP como semillero caviar. La PUC necesita una imagen de pluralidad, no de parcialidad, por más justa que sea la causa que defienda (como que estoy de acuerdo en lo esencial con la labor de la CVR). Así como toca separar iglesia y estado, o Cipriani y PUC, toca separar las actividades individuales de los miembros de la comunidad universitaria de las actividades institucionales. Cada cosa debe ir en su lugar.
  2. El pluralismo en la institución parece haberse visto reducido. Es imposible creer que el talento esté solamente en una tienda política. No se necesita ser muy suspicaz para darse cuenta que los criterios utilizados en la selección de docentes no se limitan a criterios puramente académicos. Pareciera como que la universidad es un "patio trasero", una retaguardia cuando no se tiene algo "mejor", como ser ministro/a o funcionario público. Como diría alguna vez un/a docente a una persona conocida mía: "la Católica es nuestra". Cuando alguien te dice que una institución es su chacra, no es que haya mucho que discutir.
  3. En la PUC hay desde hace tiempo malestar por el tema salarial. Tengo mucha curiosidad por saber cuál sería el coeficiente de Gini de los que trabajan en la PUC. Me tinca que observaríamos una gran desigualdad. En mis tiempos de estudiante el profe de estadística nos comentaría en clase sobre las reuniones de profesores por el asunto: "no es que queramos hacer un sindicato. Es que creo que podemos hacer más que eso". Pues ni más ni menos. El incentivo para los profesores es volverse administrativos, pues ahí es donde está la marmaja. Alguien me comentaba que dado los bajos sueldos, el único incentivo que tenían los profesores es que sus hijos/as podían educarse gratis en la universidad. Tenían que esperar a reproducirse y después que sus alevines estudien en la misma institución (y con suerte y empujoncitos, encontrar trabajo ahí mismito nomás). El discurso oficial es que ser profesor/a es un honor, es un apostolado, etc., etc. No, pues. Un poco más de economía básica.
  4. Esto es más especulativo (aún), pero me suena a que las las autoridades de la PUC no han manejado bien sus propiedades inmobiliarias. Mi botón de ejemplo es que al frente de la PUC tienen una serie de negocitos (hostales, fotocopiadoras, chupódromos, salón de taco, ¿talleres mecánicos?, etc.). Que alguien me corrija si estoy patinando, pero entiendo que esos terrenos eran de la PUC. Tons, si es así, ¿cómo así los venden/alquilan y se forma esa vecindad tugurizada justo al frente de la PUC?
En fin, habría tantas cosas que mencionar, pero dejémoslo ahí por ahora. El tema es que si Cipriani y su gente se agarran de todas estas cosas para justificar el ataque sobre la institución es porque tienen de dónde agarrarse. ¿Qué tal si como parte de defender a la institución se atienden estos temas y se relanza a la institución con más fuerza que antes?

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