El robo de órganos es una leyenda urbana Por Daniel Salas
Guillermo Giacosa, el delirante periodista peronista-castrista-chavista, afirma ahora que hay mafias de traficantes de órganos en Iraq. Pueden ver la nota completa aquí.
En su nota, Giacosa confunde dos casos muy diferentes: a) el de la gente que vende en vida uno de sus riñones y b) uno que es producto de la imaginación, a saber, el de la mafia que te secuestra para sacar tus órganos y luego venderlos:
Salvo el primer párrafo de dos líneas, la columna de hoy de Giacosa es una larga cita, esta vez de una poeta iraquí llamada Layla Awar. Ahora bien, observen que el testimonio no demuestra lo que dice la nota. En una parte se dice que matan civiles para extraer sus riñones y sus córneas, pero "el comprador" mencionado se refiere a un caso "a".
Los transplantes de riñones requieren de varias pruebas de compatibilidad antes de poder ser ejecutados. No es que tú necesitas un riñón y te agarras el primero que te encuentras. Si así fuera, estas operaciones serían más frecuentes, se podría salvar más vidas y, consecuentemente, las mafias tampoco tendrían por qué existir. Las historias de ladrones de órganos son una mera leyenda urbana; por eso mismo es increíble que haya periodistas o poetas supuestamente bien informados que nos quieran confundir de esa manera. Miguel Madariaga nos podrá explicar esto mejor, sin duda.
En su nota, Giacosa confunde dos casos muy diferentes: a) el de la gente que vende en vida uno de sus riñones y b) uno que es producto de la imaginación, a saber, el de la mafia que te secuestra para sacar tus órganos y luego venderlos:
La policía informa haber descubierto muchos cadáveres a los que les falta
el riñón o las córneas. Indican que hay una mafia que funciona con la ayuda
de médicos, que extraen esos órganos de civiles asesinados.
Esos órganos son sacados de Irak hacia países vecinos, donde se venden por
cantidades inmensas. Un funcionario de la Organización Mundial de la Salud
presionó para que se persiguiera ese mercado de órganos. Pero admitió que,
en un país que sufre una situación tan grave de seguridad, no hay quien
pueda controlar esa cuestión. Un comprador explica: "Ellos querían vender y
yo quería salvar mi vida, y ambos dejamos el hospital con algo para poder
sobrevivir: un nuevo riñón para mí y dinero para alimentar a sus
niños".
Salvo el primer párrafo de dos líneas, la columna de hoy de Giacosa es una larga cita, esta vez de una poeta iraquí llamada Layla Awar. Ahora bien, observen que el testimonio no demuestra lo que dice la nota. En una parte se dice que matan civiles para extraer sus riñones y sus córneas, pero "el comprador" mencionado se refiere a un caso "a".
Los transplantes de riñones requieren de varias pruebas de compatibilidad antes de poder ser ejecutados. No es que tú necesitas un riñón y te agarras el primero que te encuentras. Si así fuera, estas operaciones serían más frecuentes, se podría salvar más vidas y, consecuentemente, las mafias tampoco tendrían por qué existir. Las historias de ladrones de órganos son una mera leyenda urbana; por eso mismo es increíble que haya periodistas o poetas supuestamente bien informados que nos quieran confundir de esa manera. Miguel Madariaga nos podrá explicar esto mejor, sin duda.
Etiquetas: Guillermo Giacosa, leyendas urbanas
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