¿Acceso a la cultura o discriminación? Por Susana Frisancho
He leído ayer (Lunes 9 de Julio) esta columna de Alfredo Bullard en Peru21:
Maravilla discriminadora
¡Qué bueno! Machu Picchu es una de las 7 maravillas del mundo. Podemos estar más orgullosos al invitar al resto del mundo a que la conozcan. Pero ¡qué pena!, cuando vengan a conocer Machu Picchu, los discriminaremos. Igualito a como si una discoteca cobrara el doble a una persona solo por ser de raza negra o mestiza, las autoridades cobran el doble a los extranjeros que visitan Machu Picchu. Tratar a los seres humanos diferente solo porque nacieron en algún lugar o pertenecen a un género o raza debe asquearnos por igual. Lo que se hace con Machu Picchu, además de inconstitucional, es indigno. Ni Machu Picchu, ni el Perú, merecen ser identificados como discriminadores. Finalmente, es un orgullo de toda la humanidad y no solo de los peruanos. La falta de humanidad de unos funcionarios no puede generarnos vergüenza a todos. Y si queremos ser sinceros, promocionemos el santuarios diciendo "Venga a conocer una discriminadora maravilla del mundo".
¿Qué le pasa a este señor? Me parece muy ligera su afirmación y me gustaría que los economistas den su opinión. Toda la vida, a cuanto sitio he ido, me han cobrado más en todo por ser extranjera. Hace dos días que acabo de llegar de México, a donde fuí a ver una presentación folklórica en el Palacio de las Bellas Artes, por la que tuve que pagar más del doble de lo que se cobra a las "familias mexicanas", simplemente por ser extranjera. Y no me valió ni mi carnet de docente (que me sirvió en otros lados para acceder a descuentos, como en la casa de Frida Kahlo) ni el hecho de ser latinoamericana para acceder al precio que pagaban los nacionales. Nada, el descuento era para los mexicanos, y solo para ellos, y me parece bien que se fomente de esta manera el acceso de las personas del propio país a las actividades culturales. Quizá sí resultaría razonable hacer algún tipo de diferencia a favor de aquellos extranjeros que vienen de Latinoamerica o de regiones poco favorecidas (tal como se hace en los congresos académicos, en los cuales se les suele cobrar menos a los participantes de países en desarrollo, por ejemplo, a los que vienen de Africa), y considero adecuado cobrar menos a los docentes que en general, y en todo el mundo, tiene sueldos bastante más bajos que los de otros profesionales (y me incluyo en esto, pues a los docentes universitarios tambien se nos paga mal), pero la verdad es que la opinión del señor Bullard me parece descabellada. La discriminación que se hace no es simplemente por el lugar de nacimiento, como él intenta hacer ver, sino por la capacidad adquisitiva, y es una discriminación positiva que intenta suplir en algo las diferencias económicas entre las poblaciones y reconocer el derecho de los nacionales de pocos recursos a disfrutar del patrimonio cultural de su país. Es mi opinión. Que hablen ahora los economistas.
Maravilla discriminadora
¡Qué bueno! Machu Picchu es una de las 7 maravillas del mundo. Podemos estar más orgullosos al invitar al resto del mundo a que la conozcan. Pero ¡qué pena!, cuando vengan a conocer Machu Picchu, los discriminaremos. Igualito a como si una discoteca cobrara el doble a una persona solo por ser de raza negra o mestiza, las autoridades cobran el doble a los extranjeros que visitan Machu Picchu. Tratar a los seres humanos diferente solo porque nacieron en algún lugar o pertenecen a un género o raza debe asquearnos por igual. Lo que se hace con Machu Picchu, además de inconstitucional, es indigno. Ni Machu Picchu, ni el Perú, merecen ser identificados como discriminadores. Finalmente, es un orgullo de toda la humanidad y no solo de los peruanos. La falta de humanidad de unos funcionarios no puede generarnos vergüenza a todos. Y si queremos ser sinceros, promocionemos el santuarios diciendo "Venga a conocer una discriminadora maravilla del mundo".
¿Qué le pasa a este señor? Me parece muy ligera su afirmación y me gustaría que los economistas den su opinión. Toda la vida, a cuanto sitio he ido, me han cobrado más en todo por ser extranjera. Hace dos días que acabo de llegar de México, a donde fuí a ver una presentación folklórica en el Palacio de las Bellas Artes, por la que tuve que pagar más del doble de lo que se cobra a las "familias mexicanas", simplemente por ser extranjera. Y no me valió ni mi carnet de docente (que me sirvió en otros lados para acceder a descuentos, como en la casa de Frida Kahlo) ni el hecho de ser latinoamericana para acceder al precio que pagaban los nacionales. Nada, el descuento era para los mexicanos, y solo para ellos, y me parece bien que se fomente de esta manera el acceso de las personas del propio país a las actividades culturales. Quizá sí resultaría razonable hacer algún tipo de diferencia a favor de aquellos extranjeros que vienen de Latinoamerica o de regiones poco favorecidas (tal como se hace en los congresos académicos, en los cuales se les suele cobrar menos a los participantes de países en desarrollo, por ejemplo, a los que vienen de Africa), y considero adecuado cobrar menos a los docentes que en general, y en todo el mundo, tiene sueldos bastante más bajos que los de otros profesionales (y me incluyo en esto, pues a los docentes universitarios tambien se nos paga mal), pero la verdad es que la opinión del señor Bullard me parece descabellada. La discriminación que se hace no es simplemente por el lugar de nacimiento, como él intenta hacer ver, sino por la capacidad adquisitiva, y es una discriminación positiva que intenta suplir en algo las diferencias económicas entre las poblaciones y reconocer el derecho de los nacionales de pocos recursos a disfrutar del patrimonio cultural de su país. Es mi opinión. Que hablen ahora los economistas.
Etiquetas: cultura, Discriminación, Machu Picchu, precios
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