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1 ago. 2007

"Bryce es un plagero" Por Silvio Rendon

Es el comentario que más gracia me ha causado en mi reciente visita a Lima.

Mal que Bryce se haya atribuído el trabajo intelectual de otros. No es muy diferente que robar una billetera. Daniel en El caso Bryce en este mismo blog escribe
El hecho de que Bryce haya plagiado no destruye, repentinamente (y por otra acción fantástica) la calidad de su obra literaria. Si te gustan los cuentos y las novelas de Bryce, no has perdido nada.
(...)
Se trata de un hecho lamentable, decepcionante. Pero no entiendo ni puedo compartir el tono celebratorio de algunos comentaristas. Bryce es una de las vitrinas del Perú en el extranjero y ahora esa vitrina se ha quiñado (por decir lo menos).
Al parecer estos dos son los temas de fondo. Bryce ha plagiado sistemática y cuantiosamente Es innegable, ¿y? Siempre podemos elegir no leer su producción periodística, pero ante un delito, suena a que algo más debemos hacer. Si no, todo queda tal cual. Sobre el primer punto, no veo yo cómo se pueda establecer una total separación entre dos aspectos de la vida profesional de alguien. Ni siquiera estamos hablando de la vida privada. El robo cometido por Bryce no forma parte de su vida privada. Para nada. Las respuestas de Bryce hasta el momento han sido patéticas. Se podría esperar algo mejor, como por ejemplo admitir su responsabilidad, explicar por qué lo hizo, y comprometerse a no hacerlo otra vez (ver La importancia de disculparse). Así todos tendríamos algo más de empatía con el escritor. Algún ejemplo: con Cat Stevens no se estableció ninguna separación entre sus canciones y su defensa del islamismo radical. La difusión de su obra anterior se vio seriamente perjudicada. Lo mismo con Gloria Trevi y sus delitos. Si bien salió libre, ya no es lo mismo. Hay tanto que leer y escuchar que los lectores y oyentes no tienen por qué limitarse a un escritor o artista en particular. No pierden tanto con no prestarle atención. Nadie tiene corona. Cuestión de que los lectores lo decidan. Claro, en nuestro país seguimos viendo a políticos pescados en actividades delictivas y corruptas y siguen ahí. La sanción social en nuestro país es muy pero muy suave. Casi inexistente. El público merece un estándar mejor.

Sobre el segundo punto, pues no comparto el tono celebratorio. En el Perú hay mucho el "efecto palo encebado". Entre peruanos no nos alentamos; por el contrario nos hacemos caer. Todos contra el que triunfa, hasta hacerlo caer. Parece que también hay algo de esto. En contraste, hemos visto a Héctor Chumpitaz bajo arresto domiciliario, con titulares de la prensa peruana como "¡Qué vergüenza, Chumpi!" No hemos visto ningún tono celebratorio en ese caso. Ni siquiera con Carlos Álvarez ni con Tulio Loza. Pero claro, cada uno puede asumir la actitud que más le nace. Una comunidad nacional no tiene por qué tener unanimidad en este tipo de cosas. Tal vez a muchos les haya causado satisfacción ver a Pablo Macera entregado al fujimorismo tardío y decadente. U otros hayan sentido alegría de ver caer a Raúl Romero de su pedestal al confesar sus encuentros con Montesinos. Es verdad sí que diversos plagios, como el de Luis Alva Castro en el primer gobierno aprista, o el de Raul Ferrero hace ya mucho tiempo, acabaron por pasar piola. Igual le pasa algo así a Bryce y acaba por pasar piola. Muchos lo hicieron. Ver el post Plagiarios ilustres. A Neruda nadie lo rechaza, a pesar de su plagio a Tagore.

Tal vez la actitud de quienes hoy se alegran o se decepcionan cambie y la gente se fije más en su obra literaria. En la reciente feria del libro vi un puesto dedicado prácticamente a las obras de Bryce. No es evidente cómo todo este incidente ha afectado a la difusión de su obra literaria. Lo más probable es que, paradójicamente, en vez de castigar al plagiario no prestándole atención, se haya contribuído a darle más difusión...

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