Inmigrantes y nacionales Por Carlos Mejía
Hay un blog muy bueno, de Antonio Baylos, un conocido abogado laboralista de Comisiones Obreras de España. En su último post detalla el caso de los inmigrantes rumanos que laboran en la cosecha de uva en Castilla La Mancha. Lo que señala es muy parecido a lo que ocurre en los valles de Ica al sur y Virú en el norte de nuestro país.
En Ica los que llegan vienen de la sierra de Ayacucho. Tanto los rumanos en España como los ayacuchanos en Ica son explotados impunemente y excluidos socialmente. Los empresarios de ambos lados prefieren jornadas larguísimas y bajos salarios, saltarse las leyes, negar la libertad sindical y desentenderse de los reclamos sociales. Uno pensaba que los empresarios locales eran arcaicos, conservadores o antiliberales mientras que en Europa las cosas serian diferentes, pero parece que no.
Los trabajadores son rumanos en un caso y ayacuchanos en otro. Ambos comparten la indiferencia de la sociedad española y peruana respectivamente. Estuve en Ica hace dos años apoyando la organización del sindicato de agroindustria y una de las cosas que más me extrañó fue la poca sensibilidad del iqueño frente al maltrato que sufrían los trabajadores ayacuchanos de la agroindustria. Esa desagradable característica peruana de negar al otro cuando no es del barrio.
Sin embargo, los empresarios son mayormente peruanos y chilenos. Se llevan muy bien entre ellos y mantienen un gremio empresarial monolítico en su rechazo al reclamo laboral. Debe de existir un vinculo entre el desprecio social al “otro” ya sea rumano o ayacuchano y las pésimas condiciones de trabajo y de remuneraciones que padecen.
En Ica los que llegan vienen de la sierra de Ayacucho. Tanto los rumanos en España como los ayacuchanos en Ica son explotados impunemente y excluidos socialmente. Los empresarios de ambos lados prefieren jornadas larguísimas y bajos salarios, saltarse las leyes, negar la libertad sindical y desentenderse de los reclamos sociales. Uno pensaba que los empresarios locales eran arcaicos, conservadores o antiliberales mientras que en Europa las cosas serian diferentes, pero parece que no.
Los trabajadores son rumanos en un caso y ayacuchanos en otro. Ambos comparten la indiferencia de la sociedad española y peruana respectivamente. Estuve en Ica hace dos años apoyando la organización del sindicato de agroindustria y una de las cosas que más me extrañó fue la poca sensibilidad del iqueño frente al maltrato que sufrían los trabajadores ayacuchanos de la agroindustria. Esa desagradable característica peruana de negar al otro cuando no es del barrio.
Sin embargo, los empresarios son mayormente peruanos y chilenos. Se llevan muy bien entre ellos y mantienen un gremio empresarial monolítico en su rechazo al reclamo laboral. Debe de existir un vinculo entre el desprecio social al “otro” ya sea rumano o ayacuchano y las pésimas condiciones de trabajo y de remuneraciones que padecen.
Etiquetas: Agroindustria, Ica, Inmigrantes, Sindicatos
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