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23 ene. 2008

"Perdí en la bolsa. Intervengan" Por Silvio Rendon

La bolsa de Lima estuvo animada por un buen tiempo con pequeños inversionistas atraídos por la alta y persistente rentabilidad. A mediados del año pasado el asunto cambia y todo se hace más volátil. Se pasa a un época de sube-y-baja, con frecuentes y fuertes caídas.

La gran pregunta es: ¿Y?

Algunos analistas revelan su desconfianza en la economía peruana y reaccionan con pánico, como si una caída ya fuera "el comienzo del fin" de la buena racha económica peruana. Como buen mercado emergente hay una desconfianza histórica en el mercado peruano. Hay mayor rentabilidad, pero también un mayor riesgo. Más aún, el riesgo mismo es muy volátil. Normal. Así es como funcionamos.

Por otro lado, hay un malentendido en diversos comentaristas (como los que escuché hoy en canal N) que toman a la recuperación de ayer de 4 y algo por ciento en la bolsa como evidencia de que los fundamentos de la economía peruana son sólidos. Lo real es que tal recuperación ha sido mucho menor que la caída de los días anteriores. En base a esta recuperación no da para hablar de solidez económica alguna.

Lo real es que en la bolsa a veces se gana y a veces se pierde. Y si algunos pierden, no es razón para llamar a una intervención pública en favor de esas personas. Ni el Banco central, ni el MEF tienen por qué mover ficha por una mala racha de alguien. No hay evidencia alguna de "riesgo sistémico", que sí sería una razón para intevenir, ni en la banca ni en la bolsa.

En este caso, mucho de la caída de la BVL viene de la caída internacional de las bolsas, pero aquí hay algo curioso. El "lunes negro" se produce en Asia y Europa, no en EEUU por la simple y sencilla razón que en EEUU era el día de Martin Luther King, un día feriado en que la bolsa no funciona. Lo curioso es que es la Fed americana la que parece reaccionar (o anticiparse, según cómo se vea) ante la caída bursátil. No reaccionan las autoridades económicas europeas ni asiáticas. Va el Fed cortando los tipos de interés como último recurso no sólo americano, sino mundial. Una señal antirecesiva, reactivadora, activista. Hay señales de recesión en EEUU (ni tan fuerte tampoco), pero a la vez hay también señales de antídoto. Como para mantener la tranquilidad.

Dado esto, ¿cuál es el margen para la intervención pública en una economía pequeña y abierta como la peruana? En mi opinión, no hay mucho. Si la bolsa va bien, que ganen; si va mal, que pierdan. Allá ellos. El BCR tiene como rol controlar la inflación, que claramente se le viene escapando de las manos. Con eso ya debería tener suficiente. Sin embargo, se le ha metido entre ceja y ceja que además debe controlar el tipo de cambio, y simplemente no puede hacerlo. La presión a la baja del dólar, internacional y nacional, es demasiado fuerte y no hay una justificación convincente para ésta. Como ocurre con cualquier control de precios, tarde o temprano se tiene que producir el sinceramiento. El voluntarismo cambiario llegará a su fin en algún momento. Es una intervención pública costosa e injustificada, considerada por algunos incluso más importante que el gasto público (en infraestructura o regional, por ejemplo) (1). Paradójico. Se pide intervención donde no se debe (controlar el precio de la divisa) y se descuida la intervención donde sí se debe (infraestructura y regulación). No. El MEF tiene que hacer bien lo que le toca. Anunció un "shock de inversiones" y hasta ahora no la hace. Que se ocupe de eso, que se reconstruya el sur chico, que se invierta en capital humano. La regulación en el país deja todavía mucho que desear. Hay una serie de reguladoras que parecen de adorno, como que el público no les otorga ninguna credibilidad. A reforzar esa intervención. El Ministerio de Trabajo tiene una serie de conflictos laborales que resolver, desde su etapa más embrionaria (despidos masivos de trabajadores sindicalizados, trabajadoras que tienen que usar pañales porque no tienen permiso para ir al baño, etc.) hasta su etapa más aguda (las huelgas, como ahora la huelga médica). Siguen haciendo leyes, sin cumplir las que ya existen. En fin. Hay un amplio campo para la intervención pública donde sí toca, como para estar desesperándose por las pérdidas de algunos pocos especuladores al borde un ataque de nervios...

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(1) El colega Waldo Mendoza sostiene que hay sobrecalientamiento y que hay que cortar el gasto público - aunque a la vez dice que su aumento ya no lo para nadie- pero que hay que mantener el dólar alto (ver aquí).

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