Economía y política: se busca oposición Por Silvio Rendon
Uno de los problemas de no tener una oposición política constituída es que cualquier crítica que se haga al gobierno, de las muchas que hay, no se acumula en nada constructivo o alternativo. Uno señala algo que está mal, y ¿eso a dónde va? Como no hay un bloque alternativo, organizado, institucional, democrático, lamentablemente abona el terreno del descontento, la denuncia, la ira, la lógica antisistema. Pues no. A medida que el gobierno de un partido se desgasta, tendría que surgir otro partido que se constituya y ofrezca a la ciudadanía una opción.
Tenemos un congreso sin oposición, con mesas directivas tránsfugas, cooptadas. No sirve. Es la institución más desprestigiada del país, no sólo porque tienen la imagen de no hacer nada, sino, creo, que porque la gente entiende que esos deberían ser sus representantes directos. Y no lo son. Y la gente los conoce bien, porque son los que en campaña han ido a pedirles el voto con promesa y media. La labor de los congresistas deberia ser la de fiscalilzar lo que hace el gobierno en base a lo que sus votantes les transmiten. Pero no. Estos deberían ser los primeros jalados en el país. Y lo son.
Y definitivamente, un tema en el que se echa de menos una oposición es el económico. El gobierno la semana pasada dio señales muy negativas en el manejo económico, que sonaron a desesperación. Algunos periodistas lo acompañaron en el ataque de locura (ver aquí). Luego, parece que enmendaron el rumbo y al parecer regresó la sensatez. Esperemos.
Y claro, para quienes se oponen a García hay un tema a pensar detenidamente. Cuando son las expectativas las que importan y el gobierno mete la pata (ver aquí), de repente se tiene un gran poder: el de crear un pánico en la economía que acabe, ahora sí, en inflación. Que convierta lo que es un aumento sectorial de precios de algunos alimentos en un fenómeno inflacionario. Ya se ha empezado a escuchar cosas como que "García está usando la maquinita", lo cual es falso. No es eso lo que está ocurriendo.
Es evidente que García más inflación sea de temer, y que está interviniendo mucho en el tema económico, que no debería ser su tema. Mal y remal. Pero eso ya lo sabíamos. Estaba claro que en esencia García es un populista, y que a la que hay un problema le vuelven los reflejos que nunca perdió. Sabido es. Pero, ¿queremos eso? Creo que no.
Lo mejor es que se callen todos, y que se mantenga la calma. Si hubiera una oposición de verdad, no sólo se estaría pensando en ver cómo y cuándo cae García, sino en el recambio y la alternativa. Y dentro de ese recambio, es muy importante la estabilidad económica. Sin ella, el país no puede funcionar. Si no queremos repetir lo que pasó hace veinte años, no sólo será el gobierno quien tendrá que rectificar el camino (y tiene una gran responsabilidad en hacerlo), sino también quienes desde diferentes ángulos nos oponemos a García. La imagen de un gobierno debilitado recibiendo una cargamontón de diferentes sectores debería ser cambiada por la de un gobierno rectificando y una oposición constituyéndose. De hecho, el gobierno mismo debería aceptar la idea de vivir con una oposición, le debería interesar tener una oposición como la gente, y no este espectáculo de diversos frentes de batalla abiertos por todo el país y que no se están cerrando.
Tenemos un congreso sin oposición, con mesas directivas tránsfugas, cooptadas. No sirve. Es la institución más desprestigiada del país, no sólo porque tienen la imagen de no hacer nada, sino, creo, que porque la gente entiende que esos deberían ser sus representantes directos. Y no lo son. Y la gente los conoce bien, porque son los que en campaña han ido a pedirles el voto con promesa y media. La labor de los congresistas deberia ser la de fiscalilzar lo que hace el gobierno en base a lo que sus votantes les transmiten. Pero no. Estos deberían ser los primeros jalados en el país. Y lo son.
Y definitivamente, un tema en el que se echa de menos una oposición es el económico. El gobierno la semana pasada dio señales muy negativas en el manejo económico, que sonaron a desesperación. Algunos periodistas lo acompañaron en el ataque de locura (ver aquí). Luego, parece que enmendaron el rumbo y al parecer regresó la sensatez. Esperemos.
Y claro, para quienes se oponen a García hay un tema a pensar detenidamente. Cuando son las expectativas las que importan y el gobierno mete la pata (ver aquí), de repente se tiene un gran poder: el de crear un pánico en la economía que acabe, ahora sí, en inflación. Que convierta lo que es un aumento sectorial de precios de algunos alimentos en un fenómeno inflacionario. Ya se ha empezado a escuchar cosas como que "García está usando la maquinita", lo cual es falso. No es eso lo que está ocurriendo.
Es evidente que García más inflación sea de temer, y que está interviniendo mucho en el tema económico, que no debería ser su tema. Mal y remal. Pero eso ya lo sabíamos. Estaba claro que en esencia García es un populista, y que a la que hay un problema le vuelven los reflejos que nunca perdió. Sabido es. Pero, ¿queremos eso? Creo que no.
Lo mejor es que se callen todos, y que se mantenga la calma. Si hubiera una oposición de verdad, no sólo se estaría pensando en ver cómo y cuándo cae García, sino en el recambio y la alternativa. Y dentro de ese recambio, es muy importante la estabilidad económica. Sin ella, el país no puede funcionar. Si no queremos repetir lo que pasó hace veinte años, no sólo será el gobierno quien tendrá que rectificar el camino (y tiene una gran responsabilidad en hacerlo), sino también quienes desde diferentes ángulos nos oponemos a García. La imagen de un gobierno debilitado recibiendo una cargamontón de diferentes sectores debería ser cambiada por la de un gobierno rectificando y una oposición constituyéndose. De hecho, el gobierno mismo debería aceptar la idea de vivir con una oposición, le debería interesar tener una oposición como la gente, y no este espectáculo de diversos frentes de batalla abiertos por todo el país y que no se están cerrando.
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