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5 set. 2007

Aldo Mariátegui: Leer lo que se quiere leer Por Daniel Salas

Escribe Aldo Mariátegui en su columna de hoy:

El Perú es un país de apariencias y equivocaciones. Por ejemplo, hay quienes tildan de “neoliberal” al MEF. Eso muestra una ignorancia supina, primero porque no existe el término “neoliberal”, como tampoco “neocomunista”, “neofeudal” o “neosocialista”. El vocablo es “liberal” y punto. Que los indocumentados que mugen “neoliberal” entren a http://www.elcato.org/publicaciones/ensayos/ens-2004-09-29.html. Allí Enrique Ghersi da una clase magistral sobre el absurdo neologismo. Nuestros “progres” viven de “clichés”.

Primero, veamos un aspecto elemental: las palabras existen en tanto que se empiezan a usar. Yo he escuchado el adjetivo “neoliberal” desde hace 20 años. Ahora no puede venir nadie a decirme, impositivamente, que esa palabra “no existe”. Lo siento, pero el criterio lexicográfico nada tiene que ver con nuestros gustos y preferencias. Los españoles inventaron hacia finales del siglo XV un nuevo uso de la palabra “indio” y ese sentido no se va a borrar simplemente porque lo consideramos colonialista e impuesto a la fuerza. El mismo Mariátegui se ha esforzado en introducir la palabra “izquierda caviar” para referirse a un grupo de intelectuales peruanos que, por supuesto, negarían la existencia de un pensamiento o sensibilidad de “izquierda caviar”. Siguiendo el absurdo criterio de este periodista, no existe la expresión izquierda caviar. Y punto. Es decir, cerramos la discusión y cualquier forma de diálogo.

Lo curioso de la columna de Mariátegui es que nos remite a un artículo de Enrique Ghersi para ampliar la demostración de que esta palabra “no existe”. Sin embargo, Ghersi no dice eso en ninguna parte de su ensayo. Explica muchas hipótesis sobre el origen del término (lo cual supone que el término existe) para luego proponer una batalla retórica en favor del liberalismo. Es decir, el artículo de Ghersi no solamente dice sino que también hace exactamente lo opuesto a lo que propone Mariátegui: Ghersi reconoce la existencia de la palabra y a la vez llama a los liberales a mejorar la retórica a fin de vencer en el campo de las ideas; por su parte, Aldo Mariátegui niega la existencia de la palabra (un obvio despropósito) y calla a sus oponentes diciendo que El vocablo es “liberal” y punto. Esto es, negándose a la discusión.

Veamos un ejemplo. Sostiene Ghersi en un pasaje de su ensayo:

Mientras que la palabra social le da sentido contrario a la que se le agrega, la palabra “neoliberal” identifica con esta doctrina a quienes no pertenecen a ella.

(...)

No podemos, pues, quejarnos porque se utilicen figuras retóricas en el debate ideológico. Lo absurdo sería que no se utilizasen. Lo que tenemos que hacer es prestarles atención. Estudiarlas y recurrir al vasto conocimiento acumulado que se tiene de esa metodología de comunicación.

Y más adelante:

El desprecio por el debate terminológico ha tenido en el pasado un alto costo, pues nuestros enemigos se dedicaron a pervertir nuestros términos sin mayor resistencia de nuestra parte.

Peor todavía, Mariátegui nos recomienda un artículo en el que, podemos entender, le cae palo a los liberales que se adscriben a gobiernos de dudosa filiación liberal. Dice Ghersi:

los liberales en algunas oportunidades han respaldado al primer gobierno que creyeron coincidía con sus puntos de vista, sin advertir que la coincidencia era aparente y que generalmente es mejor dejarse aconsejar por el paso del tiempo antes de prestar atención a la primera aventura política que nos toque la puerta.

Qué raro. Aldo Mariátegui recomienda este artículo pero se hace el sueco y no se da por aludido. Ya en este blog Silvio Rendón ha demostrado lo que yo llamaría el "neo alanismo"o el periodismo partidariodel director de Correo, un neo alanismo que nada tiene de liberal, porque incluso quiere imponer qué se debe cultivar en el campo y dónde ha de vivir la gente.

Continuemos. Ghersi explica luego que:

En el caso del “neoliberalismo”, lo que sucede es que se quiere asimilar con el liberalismo algunas políticas o ideas en particular que aisladamente podrían ser compatibles con él, pero también con cualquier otra cosa, sugiriendo una identidad inexistente. Se trataría entonces de lo que en teoría se denomina una sinécdoque particularizante: se quiere presentar partes del liberalismo como si fuera el todo.

Pues bien, ¿no son precisamente esos liberales que se venden a cualquier régimen los que motivan la perversión del términos? ¿no son los liberales que abjuran de los derechos humanos y que son absolutamente refractarios al reconocimiento de las desigualdades e injusticias cotidianas y tolerantes con el autoritarismo los que motivan que se acuñen términos como “neoliberal”? Claro que existe el neoliberalismo y no es otra cosa que ese liberalismo sinecdótico, que toma un poco, pero no todo, para aliarse con gobiernos autoritarios y con grupos conservadores y reaccionarios. Rafael Rey, Julio Favre, Aldo Mariátegui son ejemplos concretos de ese neoliberalismo cuya existencia se insiste en negar. Harían bien los verdaderos liberales en tomar distancia de ellos. Si no quieren ser confundidos, claro.

Aldo Mariátegui se hace el desentendido de los problemas que el mismo Ghersi plantea. Leer lo que se quiere leer (y no lo que los textos dicen) no es solo un defecto de los blorregos. Según parece.

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