El atizador del antisemitismo en el Perú Por Silvio Rendon
César Hildebrandt nos dice que Moisés Wolfenson y Uri Ben Schmuel son Judíos nazis y más aún, asegura:
Detrás del fujimorismo estuvieron peruanos de diversas procedencias. El grupo Colina fue un grupo peruano. Las políticas contrasubversivas del estado peruano (de Belaúnde, García y Fujimori) fueron forjadas por muchos peruanos. Sin embargo, salvo el caso de los nikkeis (1), no veo que se les dedique artículos aludiendo a sus orígenes. El periodista lo hace con estas dos personas debido a su filiación fujimorista. ¿Qué viene después? "Judíos toledistas" sobre David Waisman, "judíos humalistas" sobre Isaac Mekler, etc. etc. ¿? El mensaje es claro: los judíos podrán tener la filiación que quieran. No importa. Siempre serán judíos, vistos como algo ajeno al Perú. Es así como en otros países son vistos por los judeófobos que los rechazan, como algo ajeno, alieno, extraño. Esta es la esencia del antisemitismo, pues. El "gran" periodista Hildebrandt no deja lugar a dudas:
En fin. Sería motivo de un análisis aparte. El asunto es si esta es la entrada que toca para hablar de Wolfenson, Ben Schmuel y el fujimorismo. Mi respuesta es: nada que ver. Con quien quiere meterse Hildebrandt no es con los fujimoristas sino con los judíos. Es lo escrito por César Hildebrandt, con sus prejuicios y estereotipos, lo que resulta un atizador para el antisemitismo en el Perú. Nomás con el título la gente que lee a Hildebrandt dirá "qué tales estos judíos". Él es el atizador.
Y ya que lo mencionamos, conviene no olvidar que el conflicto del Medio Oriente ya llegó a la región latinoamericana. Desde los noventas: los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel en Buenos Aires durante el menemismo, con sospechas sobre agentes iraníes en la Argentina. Yara, Hildebrandt.
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(1) A partir de Fujimori se metieron con los peruanos de origen japones y constantemente se referían a Fujimori como "el japonés", "el nipón", etc. He aquí algunos ejemplos proferidos por el exministro de García, César Vásquez Bazán:
Si en el Perú hubiese antisemitismo -felizmente que estamos libres de esa infección- lo escrito por Uri Ben Schmuel se usaría como atizadorComentario: ¿Estamos felizmente libres de la infección del antisemitismo? Considero que no, especialmente cuando un periodista se permite hacer generalizaciones como las que exhibe en su artículo.
Detrás del fujimorismo estuvieron peruanos de diversas procedencias. El grupo Colina fue un grupo peruano. Las políticas contrasubversivas del estado peruano (de Belaúnde, García y Fujimori) fueron forjadas por muchos peruanos. Sin embargo, salvo el caso de los nikkeis (1), no veo que se les dedique artículos aludiendo a sus orígenes. El periodista lo hace con estas dos personas debido a su filiación fujimorista. ¿Qué viene después? "Judíos toledistas" sobre David Waisman, "judíos humalistas" sobre Isaac Mekler, etc. etc. ¿? El mensaje es claro: los judíos podrán tener la filiación que quieran. No importa. Siempre serán judíos, vistos como algo ajeno al Perú. Es así como en otros países son vistos por los judeófobos que los rechazan, como algo ajeno, alieno, extraño. Esta es la esencia del antisemitismo, pues. El "gran" periodista Hildebrandt no deja lugar a dudas:
El director de “La Razón” supone que está en Tel Aviv y que aquí hacemos lo que las tropas de su país (me refiero al país de sus afectos) hacen, desde 1948, con los palestinos.Ya. "Su país", "el país de sus afectos". El periodista (el mismo que en 1992 apoyaba a Fujimori) no enfila sus baterías contra el fujimorismo, sino que busca hacer responsable de éste a un solo grupo al que le tiene rabia desde hace buen tiempo. Para esto introduce en el asunto el conflicto del Medio Oriente. Todo un tema en sí. Diré un par de cosas que contrapesen lo que a veces se lee en la prensa. Desde 1948, hubo diversas guerras entre, por un lado, Siria, Jordania, Egipto, Iraq, y varios estados árabes apoyando, y, por otro lado, Israel, No fueron por Gaza o Cisjordania, territorio egipcio y jordano, respectivamente, o por metros cuadrados más o menos, sino por la existencia misma de Israel, país que de haber perdido al menos una guerra, en estos momentos no existiría. Desde 1967, como resultado de que Israel derrotara a Egipto, Jordania y Siria en la guerra de los seis días, Israel ocupó Gaza y Cisjordania. No antes. Hoy en día Israel se ha retirado de Gaza, pero los ataques terroristas continúan, como este: Israel: ataque terrorista en escuela.
En fin. Sería motivo de un análisis aparte. El asunto es si esta es la entrada que toca para hablar de Wolfenson, Ben Schmuel y el fujimorismo. Mi respuesta es: nada que ver. Con quien quiere meterse Hildebrandt no es con los fujimoristas sino con los judíos. Es lo escrito por César Hildebrandt, con sus prejuicios y estereotipos, lo que resulta un atizador para el antisemitismo en el Perú. Nomás con el título la gente que lee a Hildebrandt dirá "qué tales estos judíos". Él es el atizador.
Y ya que lo mencionamos, conviene no olvidar que el conflicto del Medio Oriente ya llegó a la región latinoamericana. Desde los noventas: los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel en Buenos Aires durante el menemismo, con sospechas sobre agentes iraníes en la Argentina. Yara, Hildebrandt.
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(1) A partir de Fujimori se metieron con los peruanos de origen japones y constantemente se referían a Fujimori como "el japonés", "el nipón", etc. He aquí algunos ejemplos proferidos por el exministro de García, César Vásquez Bazán:
Así apareció hoy en el banquillo de los acusados el delincuenteAl exministro César Vásquez Bazán le encantan la alusiones sesgadas. No sólo en relación a Fujimori-Japón. Aquí va otra:
japonés Fujimori Fujimori
Fujimori llegó sin esposas a Lima.- Alanismo trata con guante blanco a
delincuente japonés.- García cree que con esa conducta, a él no
lo enmarrocarán
Atribuir a Fujimori la paternidad del neoliberalismo en Perú sería pensar que el nipón goza de características de estadista de derecha que definitivamente no lo adornan [aquí].
No para con la continua alusión étnica: judío-judío-judío, japonés-japonés-japonés. Ad nauseam.
Etiquetas: Antisemitismo, César Hildebrandt, fujimorismo, Medio Oriente, Periodismo
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