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6 abr. 2007

¿Opus vs. TL? Por Silvio Rendon

Leo en Expreso:
Detrás de la PUC: más allá de Riva Agüero
Juan Carlos Tafur
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creemos que no es posible entender este conflicto si no se pone sobre la mesa el profundo conflicto entre la derecha y la izquierda católica, el más intenso de todos los países de la región y quizás del planeta. Por razones misteriosas, en el Perú surgió la mayor energía que tuvo la corriente vinculada a la Teología de la Liberación, impulsada por la brillantez de Gustavo Gutiérrez. Y junto a ello, también en estas tierras, ha prendido el legado de José María Escrivá, fundador del Opus Dei, al punto de ser acá donde esta orden tuvo su primer cardenal. Asimismo, otro movimiento conservador, como el Sodalitium Christianae Vitae, es, hoy por hoy, un grupo de gran influencia e, inclusive, en plena expansión internacional (es más, si de reclutamiento sacerdotal hablamos, se sabe que los últimos años, la inmensa mayoría de nuevos clérigos pertenece a esta ala, en desmedro de las órdenes tradicionales, más cercanas a la izquierda).
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Las trincheras cavadas entre ambos sectores han distorsionado, en cierta medida, el debate. De hecho, no creemos que se trate de una lucha épica entre el oscurantismo versus el reino de la libertad. Las universidades del Opus que conocemos no son claustros medievales y tampoco nos parece absolutamente cierto que nuestra querida alma mater sea hoy en día un reino de la más absoluta pluralidad (¿alguien puede hablar de ella en las facultades de Economía, Sociología, Antropología, Ciencias Políticas o Ciencias de la Comunicación, donde la izquierda es casi un monopolio magisterial?).
Comentario: Hace algunos días el historiador Toni Zapata comentaba:
La Universidad Católica en pugna
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De este modo, al cardenal en primer lugar le interesan los recursos económicos, pero tiene una evidente segunda intención. En efecto, quiere terminar de liquidar a la Teología de la Liberación, que por años ha sido muy influyente en la PUCP. Esta corriente ha sido duramente golpeada en los últimos años tanto a nivel nacional como en escala mundial. Algunos de sus más importantes teólogos han sido silenciados por Roma y prohibidos de enseñar y publicar. En el país han perdido prelaturas, como el Sur Andino por ejemplo, que habían manejado durante décadas. Uno de los últimos bastiones de los cristianos de izquierda es la PUCP. Además, ahí se reproducen porque forman nuevas generaciones. Así, la batalla del cardenal es de largo plazo, tiene mucho techo por delante y su fin último es el puntillazo al cristianismo de izquierda.
. Es decir, también ponía como trasfondo al conflicto de la PUCP la presencia de la teología de la liberación (TL) en los claustros universitarios. Estaríamos entonces ante un conflicto ideológico-religioso.

En primer lugar, al poner las cosas así se reconoce que la PUCP es un bastión de un grupo ideológico-político y al parecer se asume que esto debería seguir siendo así. Una universidad no tiene por qué se bastión de nadie. Debe haber pluralidad de ideas. No se trata de que un grupo político se tenga que reproducir en las nuevas generaciones. Que los individuos tenga opciones preferenciales por alguna u otra corriente es normal. Claro, hay un tema de falta de suficiente pluralidad en algunas facultades, mencionadas explícitamente por Tafur (ver el post PUCP: el lado bueno del jaque). Y claro, mientras el cardenal y su gente inciden en estos puntos, los cuestionados guardan silencio, cuando tendrían que responder más activamente y tratar de cambiar estas realidades. Caen en la trampa de ponerlo como un tema de izquierdas y derechas: las derechas atacan y las izquierdas tienen que defenderse. Pues no. No se defiende a la PUCP porque hay núcleos de izquierdas y se quiere que sea un semillero de estas ideas, sino justamente por la pluralidad de esta institución. La pluralidad por el momento es muy estrecha, cosa que la ve hasta un ciego. Sería deseable las mencionadas facultades no sean la excepción a este principio. Como dije antes, cuando el cardenal ataca tiene de dónde agarrarse.

En segundo lugar, sí hay un ataque contra las izquierdas universitarias en la PUCP, pero la caracterización usual de éstas no es de "cristianos de izquierdas", sino de "izquierda caviar". De la teología de la liberación ya se encargó el papa anterior. Era la época de Ernesto Cardenal de ministro sandinista en Nicaragua, quien al arrodillarse ante Juan Pablo II (JP2) recibe un regaño público. Para los años noventas no hay grandes episodios con la teología de la liberación. En el Perú lo que ocurre es que surge un movimiento de oposición que la prensa fujimorista califica como "los cívicos". Este es el antecedente inmediato de lo que después erían "los caviares", un subconjunto de los cívicos, que también incluyen a gente de derechas. El caso de los "cristianos de izquierdas" de la Católica es un subconjunto más pequeño aún de los caviares (por supuesto en la mentalidad de los que usan intensivamente el mote). De hecho, los temas en los que ha incidido el cardenal, como la encuesta sobre la pareja y la visión liberal sobre temas tradicionales (ver Investigación bajo restricciones), no obedece a ninguna visión de los cristianos de izquierda, ni es un tema de la TL.

En suma, el ataque de los cristianos de derechas va contra las izquierdas seculares y no seculares. El cristianismo de izquierdas no es que les preocupe mucho (al menos no en la PUCP, tal vez sí entre religiosos). Si no funciona tomar la PUCP, intuyo que podrían purgar la institución o que al menos podrían conformarse con hacer lo mismo que hizo JP2 con los/as religiosos/as de izquierdas: imponerles una cura de silencio a los/as académicos de izquierdas, algo metidos/as a políticos/as.

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