Martha Hildebrandt en la UNESCO Por Silvio Rendon
Martha Hildebrandt maltrata a una congresista quechuahablante. La trata de ignorante, no le reconoce sus estudios ni su representatividad, dice la barrabasada que el quechua lo hablan "500 hablantes perdidos por ahí" y que la constitución no se debe aplicar porque ella no la hizo, además de jactarse de ser muy soberbia. En particular, se ufana de haber sido subdirectora general de la UNESCO como muestra de gran autoridad. Efectivamente, esta congresista llegó a la UNESCO y a la OEA por su vinculación a dos gobiernos militares (ver aquí). Sería muy interesante, sin embargo, que se sepa por qué esta señora dejó de trabajar en la UNESCO.
Esta señora entró como representante del Perú (siempre hay algún tipo de cuota en la asignación de cargos en organismos internacionales) a la UNESCO en París, de "Assistant Director-General for Social Sciences" (entre otros "Assistant Director-General"- ver aquí). No tardó mucho en tener problemas con su secretaria a quien mandoneaba, gritoneaba y regañaba a su voluntad (como hace en el Perú con quienes trabajan o no trabajan con ella). En un momento determinado su secretaria le explicó que no tenía ningún derecho a tratarla de esa manera. Entonces la señora Hildebrandt procedió a tirar al suelo todos los objetos que la secretaria tenía en su escritorio y a indicarle que es ella la que manda y la secretaria la que obedece; y le ordenaba a la secretaria que recogiera todo lo que estaba tirado. Entonces, la secretaria, sindicalizada ella, acudió a su sindicato y presentó una queja contra la Sra. Hildebrandt, a quien ya todos conocían en la UNESCO como una persona prepotente y de conducta inaceptable. Resultado: la Sra. Hildebrandt perdió su puesto en la UNESCO. Quedó mal ella. Quedó mal el país. Sus títulos y sus conocimientos no le sirvieron de nada para conservar su cargo. Bajó de su nube, rapidito nomás y rapidito nomás la reemplazaron por otra persona tan o más capacitada que ella, y la UNESCO siguió funcionando.
"Así soy de soberbia, pues". Chay warmi mana yachaymanta rimachkan.
(Fuente: confidencial....).
Esta señora entró como representante del Perú (siempre hay algún tipo de cuota en la asignación de cargos en organismos internacionales) a la UNESCO en París, de "Assistant Director-General for Social Sciences" (entre otros "Assistant Director-General"- ver aquí). No tardó mucho en tener problemas con su secretaria a quien mandoneaba, gritoneaba y regañaba a su voluntad (como hace en el Perú con quienes trabajan o no trabajan con ella). En un momento determinado su secretaria le explicó que no tenía ningún derecho a tratarla de esa manera. Entonces la señora Hildebrandt procedió a tirar al suelo todos los objetos que la secretaria tenía en su escritorio y a indicarle que es ella la que manda y la secretaria la que obedece; y le ordenaba a la secretaria que recogiera todo lo que estaba tirado. Entonces, la secretaria, sindicalizada ella, acudió a su sindicato y presentó una queja contra la Sra. Hildebrandt, a quien ya todos conocían en la UNESCO como una persona prepotente y de conducta inaceptable. Resultado: la Sra. Hildebrandt perdió su puesto en la UNESCO. Quedó mal ella. Quedó mal el país. Sus títulos y sus conocimientos no le sirvieron de nada para conservar su cargo. Bajó de su nube, rapidito nomás y rapidito nomás la reemplazaron por otra persona tan o más capacitada que ella, y la UNESCO siguió funcionando.
"Así soy de soberbia, pues". Chay warmi mana yachaymanta rimachkan.
(Fuente: confidencial....).
Etiquetas: Derecho, Educación, Martha Hildebrandt, Quechua
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