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24 oct. 2006

Toda la sangre Por Daniel Salas

La antología Toda la sangre (Matalamanga, 2006), preparada por mi amigo Gustavo Faverón, fue recientemente presentada en Lima. Copio el brillante texto que el sociólogo Félix Reátegui (también amigo mío y autor del epílogo de la selección) escribió para la presentación. (D.S.)


Deseo iniciar estos breves comentarios agradeciendo a Gustavo Faverón y a Ezio Neyra el haberme invitado a participar en esta publicación, cuando ella era todavía un proyecto editorial, mediante la redacción de algunas ideas que cerraran el libro. El involucrarme en ese encargo me permitió hacer, de inmediato, un descubrimiento interesante aunque seguramente muy trivial para quienes siguen con más disciplina la narrativa peruana actual; me refiero al dato evidente, pero enteramente desconocido, creo, por muchos de nosotros, sobre la abundancia y la variedad de escritura de ficción sobre la violencia y, tan significativo como eso, lo temprano que se empezó a escribir sobre la que se iniciaba en 1980 en nuestro país.

La existencia de una corriente tan nutrida de escritura sobre la violencia —de la cual tenemos ahora una buena muestra en este libro— provoca varias preguntas. La más previsible de ellas es si tiene algún sentido hablar de un proceso, o, incluso, de una tradición, o si no será más sensato ver en ella únicamente lo que en principio es: una colección de individualidades que solamente tienen en común el haber compartido una circunstancia histórica —los años de la subversión y la contrasubversión armadas— sobre la cual, de una manera u otra, terminarían por ocuparse, del mismo modo en que la escritura literaria en el Perú casi por lo general se ha ocupado de lo que usualmente se llaman los «problemas sociales».

Las distancias y los puntos de contacto entre procesos sociales y proyectos individuales son una cuestión permanentemente irresuelta y cuando ella se traslada al campo de la literatura se vuelve todavía más difícil de resolver. No me animaría, por ello, siquiera a intentar inferir de los cuentos reunidos en Toda la Sangre alguna hipótesis fuerte sobre los cauces que ha tomado o está tomando la representación literaria de la violencia en el Perú. A lo sumo arriesgaría la suposición más segura —y por eso más trivial, también— de que hoy por hoy dar razón literaria de la violencia en el país tiene que ver mayoritariamente con las diversas formas del realismo que con otras maneras de simbolización.

Sin embargo, independientemente de los proyectos literarios particulares y de las intenciones de los autores, es también evidente que la escritura de todos ellos termina por generar un resultado colectivo, y este es un corpus literario, un conjunto de símbolos e hipótesis, un lenguaje y un método de revelación que, en sus mejores momentos, se resiste a la moraleja; es éste un corpus que se incorpora o que debería ser incorporado de manera más decidida y consciente a la necesaria discusión sobre la violencia, sus orígenes y sus secuelas; sobre las responsabilidades individuales, institucionales e históricas en que se incurrió y, desde luego, sobre lo que es posible decir, pensar y hacer en el país a partir del reconocimiento de esa realidad que siempre estamos obligado a calificar de atroz.

Hemos tenido en los tiempos recientes una insinuación o una invitación a ese diálogo por medio del trabajo que hizo la Comisión de la Verdad y Reconciliación y que entregó en la manera de un informe final. Ha sido una invitación enérgica y, al mismo tiempo, como es hasta ahora evidente, muy poco efectiva. En términos muy generales, el diálogo no ha sido proseguido por quienes tienen los medios para que esa conversación se vuelva verdaderamente pública; por el contrario, en lo que concierne al qué hacer con la violencia, lo que tenemos es una partición entre quienes piensan que lo mejor es el olvido (y estos son, como sabemos, quienes controlan las tomas de decisiones en el país) y quienes están persuadidos de que solamente un ejercicio de memoria podría habilitarnos para hacer las cuentas con la violencia; esto es, enfrentarla para superarla en lugar de esconderla y seguir viviendo con ella indefinidamente.

Dejando de lado a los partidarios del olvido y de la impunidad, es razonable pensar que, incluso si prevaleciera la restitución de la memoria histórica, sería funesto que el diálogo sobre la violencia quedara clausurado. Después de todo, la demanda, la promoción y la práctica de la memoria también pueden devenir una profesión o un tópico y, como todo tópico, volverse demasiado coherentes, sistemáticas y por último autoritarias. Si la memoria industrial, si el abuso de la memoria, para recordar a Todorov, es también un riesgo permanente, entonces hay que reconocer que siempre serán necesario que se escuchen más voces, voces heterogéneas e incómodas, que, aun hablando en contra del olvido, nos prevengan de conformarnos con respuestas fáciles y que también nos hagan someter a examen permanente las razones para la memoria histórica. Creo que el papel de la literatura, en este proceso, tendría que ser el de incitarnos a dudar para recordar mejor, y que, por tanto, independientemente de la intención específica de cada autor en cada historia, una antología como la que ha elaborado Gustavo Faverón debería servir, entre otras cosas, como un acicate para la rememoración, sí, pero para una rememoración libre, siempre abierta a sentidos imprevistos, siempre insumisa, siempre dispuesta a poner bajo sospecha todo aquello de lo que creemos estar más seguros. Si la indispensable memoria de la violencia puede tener algún efecto en el futuro del país, ello no será en la forma de memoria armónica y monótona sino en la de memoria agónica y polémica, que es lo mismo que decir incluyente y abierta. Sus materiales, por tanto, no pueden reducirse a los de la educación cívica, ni siquiera los de la mejor intencionada. Tendrán que ser, también, los que aporte ese yo antagónico que décadas atrás Lionel Trilling señaló como el punto de mira que define a la literatura contemporánea.

Al comentar esto, y al considerar qué clase de diálogo cabe entablar con esta antología de cuentos, tengo en mente el singular papel que la narrativa de algunos autores sudafricanos como J.M. Coetzee —pero también, tal vez, como André Brink— ha venido cumpliendo en los últimos años en una Sudáfrica que, tras salir del apartheid, se refugió con una conciencia demasiado tranquila en una idea de reconciliación que ha resultado más dificultosa y ambigua, más conflictiva e insatisfactoria, de lo que se acepta corrientemente. Las ficciones ácidas y disolventes de Coetzee, novelas recientes que transpiran amargura frente a una promesa —la de la reconciliación, la de la salvación por la verdad— que se ha dado por cumplida sin hacer muchas preguntas, no son, de ninguna manera, un llamado a la amnesia. Pero sí ponen en acto un permanente llamado a la sospecha sobre procesos de memoria que han devenido retóricas de la memoria y sobre la absorción de ésta por un poder oficial que, como todo poder, sea autoritario o democrático, tiende siempre a la simplificación y a la autocomplacencia.

Una vez más, cabe distinguir aquí los proyectos individuales de los resultados generales para poder suponer que estos existen. Creo que esa separación un poco resignada es, de hecho, la operación a la que se ve obligado todo comentarista literario que quiera superar el ámbito de la reseña específica. No me parece que en la nómina de cuentos elegida por Gustavo Faverón predomine el cultivo de la ambigüedad sobre los hechos presentados o sobre las interpretaciones posibles. La narrativa de la violencia que aquí se recoge ha sido escrita en tiempos de violencia, y eso se nota muchas veces en una composición que lleva huellas de urgencia y en cierto deseo de dejar la historia bien grabada en negro sobre blanco. Tal vez falten todavía algunos años de distancia para que la violencia sea incorporada más ampliamente como lenguaje y como método tal como a su modo, se me ocurre, lo están haciendo Fernando Vallejo y Jorge Franco en Colombia. A cambio de eso, tenemos una literatura sumamente arrojada, que no teme medirse con la totalidad del proceso de violencia —enfrentamientos armados, destrucciones físicas y morales, miserias de la política oficial, pequeñas tragedias domésticas— en el curso de las pocas páginas de un cuento. Y también una literatura que puede ser leída ella misma, como este libro, tal como se escruta un campo de batalla, solamente que sus combatientes no llevan uniforme y su única arma es una imaginación que, para seguir siendo literaria, está siempre afincada en particular y concreto, en lo que tiene circunstancia específica, nombre y rostro.

Y por esto último podríamos ver en ella un complemento insustituible —una voz que no es un eco sino una crítica implícita o por lo menos una advertencia bienvenida— a la narrativa de la violencia que quiso proponer la Comisión de la Verdad y Reconciliación en su informe final. Este recoge, desde luego, miles de hechos y miles de voces. Pero, a la larga, su autoridad descansa sobre la posibilidad de hacer un puñado de enunciados generales sobre la tragedia: sí, fueron 70 mil muertos; sí, hubo crímenes de lesa humanidad; sí, las elites políticas traicionaron sistemáticamente a las víctimas y las siguen traicionando aun. La memoria que nos hace falta tiene que construirse sobre la base de esa autoridad de la ciencia, de la racionalidad ética y del pensamiento categorial, pero al mismo necesita estar siempre en guardia contra esa autoridad. La narrativa de la violencia —de la cual tenemos aquí, gracias a Gustavo y a Ezio un magnífico muestrario— tiene que ser nuestro mejor antídoto contra el olvido, que en nuestro país es una forma elegante de la necedad, pero también contra el recuerdo abstracto. Las voces de las víctimas y de los verdugos encierran todas ellas una fábula moral que precisamos reconocer y procesar; ella está, entre otros sitios, también, en la imaginación de los narradores recogidos en esta antología.

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21 oct. 2006

LO PRIVADO vs LO PÚBLICO Por Silvio Rendon

Por: Giovanna Aguilar Andía

Muchos de nosotros leímos ayer el artículo del periodista César Hildebrandt: ¿Setenta millones de soles en vacunas que no son imprescindibles compradas a un pediatra aprista?, en el que se denuncia las supuestas compras fraudulentas de vacunas contra la rubéola:
También me desalienta que el señor García gaste 22 millones de dólares en comprar vacuna para la rubéola y se la compre a Esque Group, una empresa que abastece a las Farmacias del Pueblo –que son del Apra– y cuyo presidente del directorio es el pediatra aprista Hugo Díaz Lozano, médico del niñito Federico Danton García, amiguísimo del doctor Alan García y sabedor de que la rubéola no es ninguna amenaza en el Perú. Veamos los datos del Ministerio de Salud: en los últimos cinco años se han presentado en el país 5,200 casos de rubéola, ninguno de ellos mortal.
Me parece absolutamente válido que los periodistas, en el ejercicio de su función, hagan denuncias de este tipo, pues el país merece estar informado de lo que está pasando por detrás de lo que día a día vemos (el gran crecimiento económico, las campañas de vacunación para mejorar el bienestar de los peruanos más pobres, la puesta en marcha de programas como Sembrando para luchar contra la pobreza, etc., etc.).

Al parecer se trata de una acusación que estaría descubriendo el pago de un favor político por parte del Presidente García a uno de sus colaboradores poco conocido hasta ahora.

Una denuncia como tal, corresponde a la esfera pública y por tanto es de interés de todos los peruanos, de quienes están a favor del régimen y más aún de quienes no lo están. De ser cierta la imputación hecha, todos deberíamos reclamar que se corrija ejemplarmente este tipo de conductas tan enquistadas en la forma de operar de nuestros gobernantes.

Sin embargo, no estoy de acuerdo en que en la exposición hecha por Hildebrandt, se nos introduzca “el chisme” de la existencia de un hijo extramatrimonial del Presidente García. Para denunciar que se están realizando compras de vacunas por millonarias sumas, sin licitación, en las que están involucrados personajes apristas no era necesario aludir a algo que no corresponde al interés de todos los peruanos.

La compra de insumos para una campaña de vacunación con fondos públicos, es decir con dinero de todos los peruanos, es un hecho de interés público sin lugar a dudas. Las compras del Estado no deben servir para pagar favores políticos ahí está el kid del asunto, ese es el blanco a donde debiera dirigirse toda la atención. Pero que el Presidente tenga o no un hijo fuera de su matrimonio no es un asunto de interés nacional, corresponde más bien a la vida privada de un peruano más.

El límite entre lo privado y lo público puede resultar una frontera extremadamente difícil de definir cuando el personaje al que se lo aplica resulta ser el Presidente de la República. Como hombre “público” la esfera privada de su vida es menor que la de los demás? No estoy segura. Si el señor Alan García tiene en su vida privada situaciones como la desvelada por Hildebrandt, ¿qué podemos pedirle nosotros al Presidente en este asunto tan particular y tan circunscrito a su vida personal?.

Los periodistas no deberían perder de vista que lo principal no es lo del “hijo fuera del matrimonio” del Presidente si no más bien lo que eso podría implicar si conlleva a acciones como el favor político, eso si es lo relevante. Y es que la pérdida de perspectiva es clara:


Del Castillo: “No comento los temas privados del presidente García”
"Prefiero no comentar el tema, no es de mi competencia", agregó el premier ante la insistencia de la periodista, quien le dijo que "el país espera una respuesta del presidente García".
El periodismo tendría que ser más incisivo, no en pedir explicaciones sobre el asunto privado del Presidente, si no en relación a lo que sí nos toca a todos, el uso de nuestros fondos públicos para el financiamiento de las políticas públicas.

Mezclar los asuntos de interés público con los de interés privado en una denuncia tan importante como la que se ha realizado, puede resultar una estrategia condenada al fracaso si el objetivo es dirigir la atención de la población hacia un asunto muy importante como el manejo de nuestros recursos porque termina desviando el debate y el cuestionamiento hacia un asunto sobre el cual podemos decir poco, sobre el cual no hay consenso, sobre el cual a muchos no nos compete establecer juicios de valor.

Si el periodismo hiciera un esfuerzo de separar lo público de lo privado, sus intervenciones en la vida política del país serían más respetables y acertadas, contribuirían a vigilarla mejor, y, constituiría realmente un progreso en el periodismo político, tan venido a menos en los últimos tiempos.

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16 oct. 2006

El riesgo populista Por Silvio Rendon

En la toma de decisiones empresariales es crucial formar una expectativa acertada sobre el contexto macroeconómico, más aún en un país de alta inestabilidad potencial como el Perú. Las empresas destinan ingentes recursos para informarse, desde la información más común, obtenida, por ejemplo, en revistas especializadas, hasta la información privada que sólo se obtiene a través de contactos de negocios o personales.

Estamos ante un nuevo gobierno que ha dado diversas señales de responsabilidad en el manejo económico. Ha marcado sus distancias con las políticas abiertamente populistas de hace veinte años, por lo que no se espera repetir la debacle de fines de los ochentas. Estas señales positivas han sido resaltadas adecuadamente por diversos medios, a la vez que bienvenidas por los agentes económicos. Sin embargo, hay también diversas señales negativas que se vienen dando, y dada la trayectoria de García y su partido, no se puede descartar del todo que se recaiga en esquemas populistas. Es un tanto aguafiestas señalar estos aspectos, pero a la vez absolutamente necesario.

Hace veinte años García comenzó su administración con diversos programas de apoyo a las pequeñas empresas, centrados especialmente en el crédito. Era algo positivo para las pequeñas empresas, siempre sujetas a problemas de liquidez. Sin embargo, las malas políticas económicas llevaron a una crisis que hizo que muchas empresas, pequeñas y grandes, dejaran de existir. Siguiendo esta experiencia, una pequeña empresa no sólo debe concentrarse en las políticas sectoriales, sino hacer también un cuidadoso seguimiento de la política económica en general. En el presente artículo mencionaremos cinco señales relacionadas con la política económica a las que toca prestar atención.

La primera es el anuncio de una expansión fiscal, llamada “shock de inversión”. Hay recursos y se gasta. Esta señal ha sido relativamente bien recibida por la prensa económica. Sin embargo, contrasta con la señal de austeridad en los sueldos del aparato del estado. Por un lado, es interesante señalar que a pesar de la imagen de responsabilidad fiscal, estemos ante anuncios de expansiones del gasto. Por el otro y más profundamente, el problema con este tipo de política es que tiene un efecto adictivo en el gobernante, a quien le suele costar después volver al nivel normal de gasto. Una vez que se crea inercia para seguir gastando es difícil pararla.

La segunda es el posible copamiento del aparato del estado por el partido de gobierno. Es verdad que cada partido pone a su gente en el aparato estatal, pero el país, lamentablemente, tiene una cantidad relativamente limitada de cuadros técnicos. Poner a políticos en vez de técnicos indica que la administración pública no será todo lo eficiente que debería ser, con los consecuentes costos para todos los contribuyentes. Usualmente los primeros ministerios en ser copados por los militantes del partido de gobierno son los ministerios “sociales”, como educación, salud, trabajo y otras entidades públicas. En consecuencia, estamos ante una ineficiencia en llevar a cabo políticas sociales, tan requeridas en un país pobre con situaciones por momentos explosivas.

La tercera señal a despejarse concierne a la política monetaria. Al igual que en el Ministerio de Economía, en el Banco Central se ha dado una señal de prudencia a través del nombramiento de directores. Paralelamente, sin embargo, se da una señal de partidismo y falta de criterio técnico al otorgar cuotas políticas en el nombramiento de directores. Una política monetaria coherente con una sola cabeza, un criterio de manejo y con un perfil bajo, es lo mejor para un país. Sin embargo, no se está apuntando a nada parecido a este óptimo, sino a todo lo contrario: un Banco Central variopinto, politizado y con alta visibilidad mediática. Si esto se confirmara, sería una mala señal.

La cuarta señal es la política gubernamental respecto a las grandes empresas, en particular, a las mineras y a las de telecomunicaciones. En ambos casos, se ha ejercido presión anunciando unilateralmente cambios ante el gran público, en la campaña electoral, en el mensaje de toma de mando o desde el Congreso, con lo cual se han creado expectativas de cambio. Sin embargo, a estos anuncios han seguido negociaciones con estas empresas donde se moderan y recortan los anuncios iniciales, lo cual crea frustración y desconfianza. Hay un marco jurídico que restringe la acción del gobierno, pero éste trata de estirarlo, proponiendo (casi imponiendo) “contribuciones voluntarias” a las empresas mineras o modificaciones a los contratos a una compañía de teléfonos. No es esta la forma de afrontar una renegociación. El público como las empresas en cuestión apreciaría más transparencia y coherencia en las acciones del gobierno y más claridad en los anuncios y objetivos. Cuando se tienen dos discursos, uno para las plazas públicas y otro para el manejo económico, o uno para el Congreso y otro para la Presidencia, se alimenta la desconfianza de los agentes económicos. Es un estilo que evoca a la confiscación de los certificados en dólares o al intento de estatización de la banca por el primer gobierno de García.

Finalmente, se nos viene un contexto internacional desfavorable, sobre el cual, como economía pequeña en el contexto mundial, poco se puede hacer, más que tomar precauciones. Paradójicamente, en este punto, para lo poco que se puede hacer, el Ministerio de Economía ha sido muy acertado en informar al público y abrir líneas de crédito internacional. Sin embargo, aquí también toca prestar atención, pues exagerar sobre las condiciones externas adversas puede ser utilizado para disculpar errores e ineficiencias en política económica. Es muy fácil para los políticos evitar sus responsabilidades inculpando al contexto internacional.

Estas señales son todavía incipientes. Al fin y al cabo, el gobierno es reciente y tiene todavía mucho que definir. No obstante, dada la experiencia de hace veinte años, el público tiene que estar muy alerta y no reaccionar cuando sea demasiado tarde. Una buena política económica no sólo es el resultado de un gobierno con capacidad de gestión pública, sino también de una activa opinión pública que fiscaliza todos los pasos que da el gobierno.

(Escrito para una publicación dedicada a las pequeñas empresas).

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15 oct. 2006

Candela en el BCR Por Silvio Rendon

Lo cuenta El Comercio
El Congreso no puede arriesgar estabilidad y autonomía del BCR

Hay que llamar la atención sobre las contramarchas del Congreso para nombrar a sus tres representantes ante el Banco Central de Reserva, proceso que se habría visto perturbado por las presiones de un sector del Apra y de otro humalista para imponer a sus candidatos. Ello no solo contraría el consenso previo con Unidad Nacional, sino que es sumamente riesgoso, por la tendencia heterodoxa de los candidatos cuyo nombramiento se pretende forzar.
Lo que ocurre es que parece ser que Neustadt queda fuera y entra en su lugar Candela, al parecer de tendencia aprista, de experiencia en el Banco de la Nación y en el gobierno de Fujimori...Esta semana se resolvería la incertidumbre sobre el tema.

Las marchas y contramarchas al respecto llevan ya mucho tiempo, pero El Comercio sólo reacciona ante ello, criticando que se convierta al banco central en un minicongreso, ahora que la cuota de Unidad Nacional queda fuera. Incluso si el congreso hubiera incluído a Unidad Nacional en el reparto de directores, el procedimiento habría sido criticable. Lo hemos venido diciendo en este pequeño espacio.

Definitivamente, que entren Salinas o Rivas Dávila, López Chau y Candela no son buenas noticias. A pesar de lo extemporáneo del editorial de El Comercio, no le falta nada de razón. Con ello Julio Velarde no tendría la mayoría que reclamaba, sino el partido del gobierno en curiosa alianza con los humalistas, representados por un teórico del "haya-mariateguismo".

Ken Rogoff argumentaría que los agentes, incluso si son de tendecias de izquierdas, están mejor con un banco central conservador. El gobierno está haciendo las cosas al revés: en el ministerio de economía tiene a un "duro" como Carranza (aunque ya hemos comentado que el león no es tan fiero como lo pintan) y en el banco central estaría por consumar tres nombramientos politizados y variopintos. Una pésima señal hacia adentro y hacia afuera...

No son las únicas contramarchas:
Gobierno posterga 'shock' descentralizador
Por segunda vez en menos de una semana, el jefe del Estado, Alan García Pérez, canceló sin explicación alguna el lanzamiento del tantas veces anunciado 'shock' descentralizador, que comprende un conjunto de iniciativas para relanzar el proceso de regionalización.

Hay que advertir que en la última reunión del Consejo de Ministros --al que tuvo acceso la prensa por unos minutos--, se trató el tema y fue notoria la controversia entre los ministros de Agricultura, Juan José Salazar García, y el de Economía, Luis Carranza. Este fue tildado de centralista.
Este pique entre Agricultura y Economía lleva ya algún tiempo. Para ser un debate interno tiene un perfil no alto, sino altísimo.

En mi opinión, hay muchos anuncios en forma de shock (así les llaman), y hay cosas que no pueden darse así, como la descentralización. Es un proceso. Se hace mal al crear expectativas de cambios bruscos, pues a eso es a lo que se refieren, que resuelvan lo que no se ha resuelto en casi dos siglos de vida republicana. Así es como se incuban las frustraciones.

El común denominador de todo esto es la inoperancia del gobierno de García. Pasadas la cortinas de humo, se tiene que enfrentar al reto de sacar adelante al país, de crear riqueza en forma más equitativa. Es ahí donde están los cuellos de botella. Toca ver si García no cae en la desesperación como le ocurrió hace veinte años. Es una persona de virajes fuertes (luna de miel con los empresarios-estatización de la banca, populismo radical-prudencia económica). No suena a que su ciclo de virajes haya llegado a su fin. Como me comenta mi colega Giovanna Aguilar, como adicto sin su chute, debe estar cansándose de tanta abstinencia y le deben estar entrando ganas de recaer, de volver a lo mismo de siempre. Esperemos que pase la prueba de fuego. No tanto por él, sino por todos.

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13 oct. 2006

Nostalgias imperiales Por Daniel Salas

Leo en un blog dedicado, casi en su totalidad, a defender tesis insostenibles y argumentos sin ningún sustento documental, una descalabrada apología de la evangelización en el Perú. Lo irónico es que el blog se titula “pueblo vruto”, lo que supone que el blogger no es bruto y sí sabe de lo que habla. Ocurre que, de manera notoria, es evidente que el blogger, autodenominado Guille da Maus, no sabe de lo que habla.

Para mí es importante resaltar a este personaje porque termina siendo un emblema de la irresponsabilidad: se trata de un graduado universitario que se propone entrar al debate público sin poder sostener sus opiniones en ningún documento, en ninguna prueba, es decir, se trata de un graduado universitario que violenta las normas mismas del pensamiento universitario. Mi pregunta es si nos estamos acostumbrando, debido a la tecnología que ofrecen los blogs, a que cualquiera pueda opinar sobre cualquier cosa y que se cree de esta manera una seudo-democracia. Vistos así, los blogs conducen al peligro de crear una comunidad de dialogantes en la cual los desinformados, al igual que los informados, tengan el derecho, ya no solamente de que sean escuchados, sino que además se considere la suya como una opinión válida.

Quiero empezar por señalar un aspecto que me llama la atención. Dice el autor del blog:

Algunos insisten en atribuir este fenómeno al uso de la violencia dejando sin
explicación plausible pequeños "detalles" como el arte popular andino de
caracter
[sic] principalmente religioso que floreció en cada rincón de los
andes, constituyendo el patrimonio cultural por antonomasia de
los pueblos y provincias del Perú.
[las negrillas son mías].

La antonomasia consiste en poner el apelativo en lugar del nombre propio. Así, por ejemplo, decir el Filósofo o el Estagirita para referirse a Aristóteles. Por otro lado, la expresión “por antonomasia” es empleada cuando se usa un nombre para designar a una clase. Por ejemplo, Creso es el millonario por antonomasia y César es el nombre poderoso por antonomasia. En ambos casos, se trata de nombres. Pero aquí no hay nombres, de modo que no puede haber antonomasia. Lo que el blogger debe de haber querido decir es “por excelencia”. Pero lo que verdaderamente produce escándalo en este párrafo es la idea de que, dado que hay mucho arte religioso andino, eso significa que la cristianización de los pobladores de los Andes fue pacífica. Que la gente practique una religión, hasta el punto de involucrarla en su vida diaria, no significa, hasta donde alcanzo a comprender, que la historia de esa religión haya sido pacífica.

Veamos ahora la poca capacidad de Guille Da Maus por darse cuenta de la irrelevancia de sus propias oraciones. Cito:

Al revés de lo que sucede con nuestro pasado precolombino, la epoca [sic]
colonial es objeto de reducciones y/o tergiversaciones destinadas a justificar
la exclusión fundamentalista de los elementos cristiano e hispánico de nuestro
horizonte de "cultura nacional" como gesto reivindicativo (revancha).

Tratemos de entender la frase. Como es obvio, resulta imposible (a menos que pertenezcamos a una comunidad de locos) tergiversar el pasado precolombino con el fin de excluir los elementos hispánicos o cristianos, por la sencilla razón de que no había, antes de Colón, ni españoles ni cristianos. Si lo que quiso decir el blogger es simplemente que la historia colonial es tergiversada mientras que la precolombina no lo es, ya que la tergiversación de la primera sirve para negar los elementos cristianos y españoles de nuestra “cultura”, está diciendo algo obviamente falso. Para comenzar, la historia precolombia es mucho más oscura y sujeta a controversia, debido a circunstancias que cualquier estudiante secundario conoce: a saber, la falta de fuentes escritas. Las controversias sobre la historia percolombina son abundantes pero, además, las tergiversaciones intencionales también han existido, comenzando por las del Inca Garcilaso, quien retrata en sus famosos Comentarios reales al Tahuantinsuyo como un magnífico reino civilizador. Esta primera gran e inteligente construcción de la historia incaica tenía como fin favorecer la idea de que el cristianismo introducido por los conquistadores calzaba perfectamente con la tarea civilizadora de los incas (por supuesto, el gran texto del Inca no se puede reducir a este aspecto, pues sus aristas son múltiples).

A continuación, el blogger se pregunta:

¿Quien [sic] no ha escuchado incluso en las universidades que el poder español fue
discriminador y excluyente, o que la evangelización tuvo como objetivo aniquilar
el alma andina en los conquistados indígenas para asegurar su dominación?

En cuanto a la primera parte de la pregunta (es decir, que el poder español fue discriminador y excluyente) yo no recuerdo haberlo escuchado ni en el colegio ni en la universidad. Pero sí lo he leído no en libros de historia, no en manuales de colegio, no en panfletos humalistas, sino en los documentos escritos por quienes vivieron la historia de América en los siglos XVI y XVII. Lo he leído en textos de Guamán Poma de Ayala, José de Acosta, Bartolomé de las Casas, fray Toribio de Benavente (o Toribio de Motolinía), Gonzalo Fernández de Oviedo, Hernán Cortés, etc. En cuanto a la segunda parte (que la evangelización tuvo como objetivo aniquilar el alma andina en los conquistados indígenas para asegurar su dominación) esa sí no la he leído ni escuchado nunca, al menos de ningún investigador serio. Si el blogger tiene la fuente de quién puede andar diciendo tal barbaridad, que me la pase, porque sería muy interesante saber qué puede querer decir alguien por “el alma andina” como objeto existente anterior a la Colonia. Como sabemos, la cultura andina (diversa y laberíntica) aparece precisamente como consecuencia de la llegada de los españoles. Antes de eso, existía el mundo prehispánico (no menos diverso y laberíntico) compuesto por lo que ahora se llamarían reinos y señoríos. De modo que el “alma andina” – si algo quiere decir esto que no es sino una aguada generalización – no puede haber muerto en el mismo periodo que le permitió nacer.

Más adelante, el blogger sostiene:

Pocos saben, por ejemplo, que a instancias del proceso evangelizador el Quechua
y el Aymara fueron objeto de difusión, lo cual contradice la teoría de su
suplantación o destrucción sistemática.

Aquí el blogger hace un link a La peña lingüística, el blog del lingüista Miguel Rodríguez Mondoñedo. Le recomiendo, en primer lugar, que no discuta con él acerca de la historia de las lenguas nativas peruanas porque va a salir perdiendo. En segundo lugar, todas las personas enteradas sobre la historia virreinal saben muy bien que los evangelizadores se preocuparon por aprender el quechua y el aymara y escribir gramáticas de tales lenguas. Esto, como es obvio, es mucho más fácil y económico que obligar a una población constituida por millones a aprender el castellano. La finalidad no era “preservar” sino educar y controlar. Si quiero dominar a un grupo de gente, no me conviene que puedan hablar una lengua que ignoro.


El post de Guille da Maus recomienda una exposición titulada Toribio Alfonso de Mogrovejo: Identidad y multiculturalidad en America Latina que se inaugura el sábado 14 de octubre en la casa de Osambela y que luego se trasladará al Instituto Riva-Agüero. No sé qué tal será, pero sin duda me encantaría verla si estuviera en Lima. Lo que considero imposible es que una exposición como esa pueda contradecir lo innegable: que la historia de la cristianización del Perú es un capítulo de la historia de la violencia humana. El blogger da a entender que, si vamos a ver esta muestra, nos convenceremos de que la cristianización fue un proceso muy bonito, muy lindo (con algunos inevitables baches) y que permitió el crecimiento espiritual de nuestra nación. Esa, sin embargo, no era la idea de dos testigos directos del proceso como los frailes Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas. Lo que no queda claro es por qué sostiene eso luego de haber echado al traste el nacionalismo humalista. Supongo que el esencialismo que supone el nacionalismo humalista es malo, pero el esencialismo que supone el nacionalismo derechista está inspirado por Dios. Guille da Maus se define en su blog como “liberal” pero no puede ser liberal quien mira con nostalgia el Imperio español y quien piensa que el cristianismo es un elemento esencial, inmutable, en nuestra nación.


Pero volvamos a la idea de que la evangelización fue rápida y razonablemente pacífica. En un post de un blog personal reuní algunas citas que, según parece, tengo que volver a poner. Aquí van algunos de los que esa vez puse más algún otro.

Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista real del siglo XVI, refiriéndose a los indios de Atacama dice que:

la verdad, que los indios que no son castigados, jamás reconocen superior, ni
sirven como son obligados ni a derechas, porque como son falsos e dicen muchas
mentiras, e tienen tan anchas sus sectas e sucios e crudos ritos, cualquiera
buena regla de vivir les parece estrecha e los angustia e congoja sus vidas.
(Fernández de Oviedo, Gonzalo de. General y natural historia de las Indias.
Biblioteca de Autores Españoles. Tomo CXXI. Atlas: Madrid. 1959. p. 148).

Bartolomé de las Casas afirma de los indios americanos que estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo, si solamente conocieran a Dios (Casas, Bartolomé de. Brevísima relación de la destruición de las Indias. Madrid: Cátedra, 2001. p. 76). Pero su Brevísima relación de la destruición de las Indias consiste precisamente en exponer el inhumano maltrato de los conquistadores. Los crímenes contra los indios son tan graves que fray Bartolomé escribe en ese documento que mi patria, que es Castilla, no la destruya Dios por tan grandes pecados contra su fe y honra cometidos en los prójimos. (Ibid., 174).


José de Acosta narra así la actitud de los españoles sobre los indios: entramos por la espada sin oirles, ni entenderles, no nos parece que merecen reputación las cosas de los indios, sino como de caza habida en el monte, y traída para nuestro servicio y antojo. (Acosta, José de. Historia natural y moral de las Indias, escrita por el p. Joseph de Acosta, de la Compañia de Jesús; publicada en Sevilla en 1590. y ahora fielmente reimpresa de la primera edición . Madrid: Anglés, 1894. Tomo II, p. 142).


Fray Toribio de Motolinía condena de esta manera a los clérigos que se niegan a adoctrinar a los indios por consideralos brutos:

Oído he yo por mis oídos a algunas personas decir que sus veinte años o más
de letras no los quieren emplear en gente bestial; en lo cual me parece que no
aciertan, porque a mi parecer no se pueden las letras mejor emplear que en
mostrar al que no lo sabe el camino por donde se tiene de salvar y conocer a
Dios.
(Motolinia, Toribio de. “Historia de los Indios de Nueva España”.
Memoriales. Historia de los Indios de Nueva España. Madrid: Atlas. 1970.
p. 257.)

Alonso de la Peña (arzobispo de Quito en el siglo XVII):

[c]omunmente fueron los Indios en su paganismo idolatras y
supersticiosos, y entre ellos entabló el demonio su imperio tyranico,
aprovechando su maligna astucia en sujetar a gente facil de engañar, por ser
insipiente y bruta.
(Peña, Alonso de la. Itinerario para parochos de indios. p.171).



No hay mejores evidencias que las que ofrecen los mismos y los más diversos testigos de la historia. Pero que no nos extrañe que aquellos que niegan la historia del presente (y su documento más tremendo y demoledor que es el Informe de la CVR) también se afanen en modificar la del pasado.
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Me uno al Gran Combo Por Daniel Salas

Por invitación de mi amigo Silvio Rendón y ex compañero de universidad, me uno al Gran Combo Club. Al publicar este primer texto, espero estar a la altura de la lucidez que Silvio ha estado mostrando en sus agudos posts escritos con una soltura y una claridad ejemplares. Su mordacidad, como lo pueden inferir quienes hayan examinado este blog, no hace concesiones ni a la derecha ni a la izquierda. Y este, creo, es un aporte muy importante en un momento en el cual una porción del pensamiento de izquierda en el Perú se ha vuelto concesivo con el populismo, se declara “antielitista” y, de esta manera, se da la mano, sin proponérselo, con la derecha que exalta la informalidad y proclama un abierto desprecio a la intelectualidad.

Pascal escribió en sus Pensamientos que el primer deber del ser humano es pensar bien. Yo trato de seguir (sé que con mucha dificultad) esa regla que es, ante todo, una regla ética. A partir de los escritos de Silvio, entiendo que compartimos esa misma fe en que las ideas son cruciales para el sostenimiento de la vida pública y privada. Dialogar y discutir, exigir rigor e imponerse una relación crítica con el entorno son tareas que algunos quieren que veamos como elitistas. Para mí (y entiendo que para Silvio también) son actividades morales. Espero con esto explicar la indignación que me causan la pereza mental, el lugar común, la desinformación escandalosa y el gesto populista.
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12 oct. 2006

Ju-is-afreid of Madeinusa? Por Silvio Rendon

La semana pasada aprovechando la visita a Lima y gracias a dos entrañables amigos pude ver "Made in USA". Fui con la mente en blanco y la disfruté. Una buena película peruana como hacía tiempo que no veía. Hablando con Martín Tanaka me comenta que hay todo un debate, una gran discusión al respecto. Que la consideran racista, ofensiva, etc., etc. Que hay muchos bytes, tinta y mala sangre con esta peli. Expongo aquí mis comentarios de expectador libre:
  • Desde que las luces se apagaron hasta que se volvieron a encender estuve en la ficción. Me la creí y aprecié lo que vi. El análisis vino después.
  • Se trata de un drama familiar con cuatro personajes bien definidos, de individualidades complicadas y por momentos de aparente irracionalidad: ¿Por qué el padre trata tan bien al forastero? ¿Por qué la hermana, siempre agresiva con la protagonista, acaba por defenderla? ¿Por qué el forastero vuelve al pueblo? En todo este panorama, la protagonista es la que es tiene más sentido. En toda la película estamos ante individualidades. Sí, hay diversos actantes que dan contexto a la historia, sobre todo en la fiesta, pero nada más. No es una historia "social", al estilo del cine de Eisenstein.
  • Esta historia hubiera podido transcurrir en cualquier lugar del mundo, donde un visitante pueda ser visto como un forastero, alguien extraño. Se me ocurren muchos contextos. Las historias de abuso paterno, sexual (hay muchos ejemplos, ¿qué tal "Forrest Gump"?) o de autoridad, rivalidad entre hermanas (que me evoca mucho la rivalidad entre Maclovia y otra mujer por José María en la peli del Indio Fernández), o forastero extraño quien es recibido con hostilidad en un pequeño pueblo (al estilo del "Hombre Lobo Americano en Londres"), las podemos ver en diversas películas. ¿Qué tanta historia con que el tema sea en un pueblo de la sierra peruana? Un pueblo ficticio donde se toca música ancashina, pero se habla quechua ayakucho-chanka. Una sutileza, como cuando en las coproducciones peruano-españolas, o peruano-cubanas se escuchan acentos raros. Por lo demás, los peruanos nos estamos viendo, por fin, como iguales, en nuestra individualidad y conflicto interno, en nuestros dramas familiares, en nuestras ambiciones, envidias, abusos, y sufrimientos silenciosos. Es una película que rompe con los enfoques brichero-místico-paternalistas con que se ha venido concibiendo al llamado "mundo andino", que en realidad en nuestro mismo mundo.
Muy bien, dicho esto ¿cómo así puede haber despertado tanto rechazo esta película?:
  • La hizo una Llosa. Sí, pues. Muchos cineastas quisieran tener las oportunidades que tiene esta directora. Uno quisiera que el país sea más igualitario y no puede uno sino sentir simpatía con quienes se esfuerzan por salir adelante pese a las adversidades que enfrentan. Pero, ¿descalifica eso su peli?
  • Claudia Llosa=Mario Vargas Llosa=Neoliberalismo. Atatau! No, pues. No estoy al tanto de la fundamentación de esta conexión, pero no me suena para nada un argumento válido.
  • Creo que lo se espera que cuando se habla/escribe/escenifica sobre el llamado mundo andino es que se produzcan obras de tipo llamado social, que denuncien la opresión, las injusticias, etc., tal vez al estilo de "Todas las Sangres" de Arguedas. No, pues. Esta peli no va de eso, o tal vez sea más justo decirlo, va de eso de una forma más sutil, pues sí que hay una opresión paterna. Ah, pero eso no vale, pues. Tiene que ser la opresión de alguna transnacional o de algún terrateniente. ¿Y por qué no vale? ¿Tal vez porque no sólo es un tema familiar, sino también de género? ¿Y? Es un tema también, ¿o no? Me recuerda un poco (para que veamos que este tipo de dramas no son tan específicos al Perú) al juicio Clarence Thomas vs. Anita Hill. Fue un juicio por acoso sexual de un juez afroamericano a una secretaria, afroamericana también. Pues bien, la mayoría de afroamericanos, hombres y mujeres estaban de parte del juez. Veían a un afroamericano exitoso siendo linchado por los blancos. La mayoría de mujeres blancas estaban de parte de Anita Hill. Veían a una mujer siendo acosada por su jefe, hombre. ¿Cuál es la visión correcta? En entrevistas, muchas mujeres afroamericanas declararon que preferirían discutir temas de acoso o de violencia familiar entre afroamericanos, sin los blancos aprovechando sus problemas "internos". Muy bien, ¿es que aquí tenemos a una mujer blanca dirigiendo una película sobre un "tema interno" del "mundo andino"? La acusación de querer socavar o minar por dentro a un mundo intocable es de lo más evidente. Alguien como ella no podría meterse en esos temas. ¡Venga ya! ¿Por qué no?
Claudia Llosa con esta película ha aportado a la mejor convivencia y entendimiento entre peruanos. Se ha expuesto a acusaciones gratuitas, pero ha entrado en un tema candente y sobre todo ha roto con las visiones brichero-paternalistas tratando a sus compatriotas como seres humanos, como gente como ella, en su complejidad interna. Quienes no respetan a sus compatriotas y caen en un verdadero racismo son aquellos que los ven como seres de otro planeta, sin individualidad; no Claudia Llosa.
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10 oct. 2006

El Perú ante Chávez (actualizado) Por Silvio Rendon

Leemos:
Chávez financia bases militares en Bolivia
(...) fuentes de Inteligencia citadas por la prensa boliviana señalan que posteriormente Venezuela financiará una decena de bases militares en las fronteras con Perú y Chile. La cooperación Morales-Chávez sería una clara respuesta al envío de marines estadounidenses a la región, quienes están instalando una base en la Triple Frontera, y a la reciente autorización por el propio presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, de que allí se establezca una estación de la CIA.
Señal de que los gastos militares peruanos no bajarán. Desde hace mucho que los temas geopolíticos se mezclan. No son sólo los reclamos territoriales. Ya con Montesinos fue el tema de las FARC y el narcotráfico. En el caso de Paraguay, se ha mencionado a la Triple Frontera como posible zona de actuación del terrorismo islamista. Recordemos la masacre de la AMIA y de la embajada de Israel en Buenos Aires. Al parecer, fue obra de Hizbulah con apoyo doméstico. En la Argentina no hay culpables del asunto, pero las investigaciones apuntan a personajes vinculados al gobierno de Menem. La guerra contra el terrorismo islamista tiene y tendrá como teatro de operaciones a las tierras sudamericanas

De ahí viene en parte la presencia de EEUU en la zona. Y Chávez, en plena alianza con Irán-Siria-Hizbulah (ver Hugo Chávez, más cerca del extremismo islámico), se apresura a dar respuesta a la medida, con bases en Bolivia que ponen en jaque a Paraguay, pero también con bases que ponen en jaque a Chile y, carajo, al Perú.

Chávez se ha propuesto la tarea de pasar a la ofensiva. Hoy con gestos provocadores en EEUU, pero sobre todo evitando el derrumbe Cuba, una buena punta de lanza contra EEUU. Cuba es muy apetecible en la guerra no convencional que se viene viviendo. No pueden dejar que caiga al estilo de Europa del Este o que la misma Unión Soviética, que sería lo que se podría esperar, dado el desastre económico que se vive en la isla. De hecho, con el discurso en Nueva York, Chávez oficializa públicamente su alianza con la teocracia iraní. Mete a la región latinoamericana en el conflicto global en forma abierta. A Cuba le tocará ser espolón de Irán, o quién sabe de quién, pero sí en forma similar a su situación anterior de delantero mentiroso de la Unión Soviética. Bien sabía Castro lo que decía cuando en su testamento resaltaba la importancia de esta reunión de lo no alineados, con Chávez y Ahmadineyad a la cabeza. Esta semana el show pasó de La Habana a Nueva York, y no sólo Chávez: Ahmadinejad Sweeps Through Manhattan, Challenging Bush and UN. Los payasos llegaron ya...pero estos no son de reir.

Esto coloca al Perú en una situación incómoda, pues abre un segundo, o tercer, frente. Ya se tiene suficiente con la presión de Chile y Ecuador, como para ponerse en escaladas con Bolivia y Venezuela. Paradójica y afortunadamente, con Chile y Ecuador estamos en luna de miel, tenemos un tratado de libre comercio con el primer país y con Ecuador la tensión ha bajado sustancialmente. La integración económica ha ayudado crucialmente a este mejoramiento. Bien. Es con Chávez con quien se ha tenido problemas en estos últimos años. Este señor se ha metido con el Perú tanto durante Toledo como durante García y seguirá metiéndose. Nos queda elegir entre afrontar los nuevos retos o seguir con los temas antiguos. Es un tema muy concreto, pues según cómo nos orientemos seguiremos una u otra política de alianzas. Todo parece indicar que cambiaremos de adversarios. A eso nos lleva tanto la integración económica en el Pacífico como la presión de Chávez en el Altiplano.

En estos días el antichilenismo resulta ser una quinta columna de la infiltración del chavismo en el Perú. Ya se vio durante la campaña electoral. Bajo proclamas supuestamente nacionalistas y reivindicativas, en realidad se dirigía al Perú a ser un satélite más de Chávez. Es un tema que se viene, no sólo para el Perú, sino para toda la región. América Latina recién se convierte del todo en un teatro de operaciones del conflicto que ya se vive en el mundo. No le tocará formar parte del califato mundial que quiere Al Qaeda, pues ésta parece que sólo nos quiere como aliados y retaguardia, pero podría ser el califato de Chávez.

Actualización: El anuncio de hace tres semanas ha trascendido ya en toda la región.

Leemos en el Mercurio:
Pacto Chávez-Evo puede afectar aspiraciones marítimas de Bolivia
LIMA.- Un acuerdo mediante el cual Venezuela colaborará para que Bolivia construya una veintena de bases militares en sus fronteras puede afectar la salida al mar que este último país busca, expresó en Lima el presidente de la Comisión de Defensa del Congreso peruano, Luis Gonzales Posada.
Obviamente, es un tema preocupante. Así no llegarán a ningún lado.

En Prensa Latina, de Fidel Castro, al igual que en diversos medios venezolanos y bolivianos (preferidos por el buscador Google) leemos:
Bachelet baja tono a polémica sobre Venezuela y Bolivia
Santiago de Chile, 10 oct (PL) La presidenta Michelle Bachelet bajó el tono hoy a la polémica desatada por sectores conservadores en torno a la reciente firma de un acuerdo de colaboración militar entre Venezuela y Bolivia.

La mandataria consideró que la decisión de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales es "soberana" y se enmarca "dentro de la normalidad", con lo cual deja sin piso la campaña desatada por políticos de la derecha dentro y fuera del gobierno.
Se quiere colar el anuncio como normal. Las palabras de Bachelet no dejan sin piso a nadie. Son sus opiniones para el gran público. Nada más. Veamos si no hay reacción alguna de parte del ejército chileno. Cuando el Perú, en tiempos de Toledo y de Mesa en Bolivia, firmó un convenio con Bolivia para que el gas boliviano se exporte a través del Perú, Chile respondió con ejercicios militares que supuestamente ya tenía programados desde hace mucho. Al menos ese fue el argumento dado por Insulza, hoy dirigente máximo de la OEA.

No es creíble que en Chile se considere "normal" un pacto militar Chávez-Morales. Es una medida que le puede costar cara al gobierno socialista. Más aún si leemos:
Michelle Bachelet anunció que votará por Venezuela
A ver, ¿te ponen en jaque y votas por ellos? No tiene sentido. Al menos ese no debe ser el camino del Perú. Deberíamos votar por Guatemala. Las provocaciones y peligros son tales que no dan para abstenerse.

A todo esto, debe señalarse que el gobierno aprista ha hecho lo correcto al condenar el ensayo nuclear realizado por Corea del Norte, otrora comprometido aliado y proveedor militar de Alan García:
El Perú también rechaza ensayo nuclear de Corea del Norte.

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