l

Últimos Posts

Mortalidad prematura por enfermedades crónicas y p...Unknown
El friaje: no se necesitan abrigos, se necesitan v...Unknown
ACTUALIZACION SOBRE LA GRIPE H1N1Unknown
MITOS Y REALIDADES DE LA FIEBRE PORCINA H1N1Unknown
GRIPE PORCINAUnknown
grancomboclub.comSilvio Rendon
El presupuesto de ESSALUD y las exoneraciones a la...Silvio Rendon
Alan Sokal: Tomando en serio las evidenciasAndrea Naranjo
La transición religiosa latinoamericanaSilvio Rendon
Un ejercicio de coherenciaCarlos Mejía

.  

.  
.   .  
.  
. . .     .    

.    

.

28 ago. 2008

Capitalistas y salvajes Por Daniel Salas


Quiero reflexionar sobre la expresión "capitalismo salvaje" que me parece muy interesante. Se usa con frecuencia y creo que pocos se dan cuenta de que se trata de un oxímoron. Para quienes no saben, un oxímoron es la figura que consiste en calificar a un sustantivo con un adjetivo que es contradictorio con su definición. Por ejemplo, un alma material.

Lo salvaje es lo opuesto a lo civilizado. Lo salvaje es incontrolado, inestable e indeseable, mientras que lo civilizado es controlado, estable y deseable. Si el capitalismo es la suma y cifra de la civilización, no puede ser, por definición, salvaje.

Por cierto, el hecho de que una expresión sea un oxímoron, no quiere decir que sea absurda o irrelevante. Quien habla de “capitalismo salvaje” está queriendo decir que el capitalismo, que es civilizado, se transforma debido a su propia lógica en una fuerza incivilizada, en un retorno a la ley del más fuerte, en un todos contra todos sin el control de una ley que nos distinga, justamente, de los salvajes. En otras palabras, quien critica al “capitalismo salvaje” supone que los salvajes viven sin orden ni concierto, esto es, sin “policía” según la expresión de los siglos XVI y XVII (*).

La idea de que los salvajes viven sin ley, sin líderes y andan casi desnudos (“por ahí calatos” diría Aldo Mariátegui) recogiendo frutas es una idea colonial muy temprana. Sirvió, en primer lugar, para distinguir lo que entonces se llamaba civilizaciones bárbaras (los incas, los aztecas) de las hordas de salvajes. Los incas eran bárbaros, no salvajes, y también eran civilizados. En aquel entonces se podía ser ambas cosas a la vez. La oposición barbarie / civilización aparece en la ilustración (**) y termina de constituirse en un ideologema fundamental con el positivismo del siglo XIX. Este ideologema sirvió para exterminar a los indios que no habían sido exterminados durante la colonia (***). Por eso hoy es inconcebible que alguien pueda ser un “bárbaro civilizado”.

Sin embargo, sí es posible ser un “capitalista salvaje”. ¿No les parece interesante?

(*) José de Acosta distinguía entre barbarie, behetría y horda, según los grados de organización política.
(**) Cuando naturalistas como Buffon y De Paw descubren que América es un continente compuesto de tierra húmeda y de animales y hombres mal conformados. Una diferencia entre ambos pensadores es que a Buffon le parecía que América era un continente pantanoso, en formación, que no se había secado lo suficiente. A De Paw le parecía un continente en decadencia, degenerado.
(***) Por ese motivo ya no celebro el 28 de julio ni me interesa reivindicar la independencia criolla.

Foto: El ciudadano Kane, emblema del capitalista salvaje

Etiquetas: , ,

.  
.   .  
.  
. . .     .    

.    

.

12 may. 2008

Intermezzo Tropical y el arte de la magia Por Daniel Salas


Uno de los efectos retóricos más difundidos entre los peruanos se parece mucho a una de las creencias que sostienen la magia negra: una palabra basta para invocar un objeto y para atraerlo. Mejor todavía: una palabra basta para invocar un objeto, hacerlo aparecer y conjurar su condición problemática. Listo.

Pongamos un ejemplo: quiero escribir una crítica a un libro; quiero elogiarlo, por ejemplo, ya que se trata del libro de un amigo mío. Pero a la vez tengo miedo de que me llamen esteticista, impresionista, inmanentista, todas esas malas palabras que sirven para denunciar la falta de rigor crítico y hacer quedar al rival como un amateur, un superfluo o un reaccionario. Pues bien, me ahorro la condena mencionando la importancia de leer el libro “a la luz de sus coordinadas sociohistóricas”, “dentro del marco de los cambios sociales que observamos” o “tomando en cuenta el escenario social actual” o bien observando que “recoge las voces urbano-marginales emergentes”. Pongo la frase y me lavo las manos. Ya soy un crítico correcto, comprometido, marxista hasta la médula, consciente de la necesidad de leer los textos dentro de su contexto de producción. Por cierto, me he pasado por alto cualquier idea interesante sobre el Perú contemporáneo, sobre los circuitos de producción simbólica, sobre el panorama actual de la escritura, sobre el diálogo que el libro entabla con la tradición y con otros géneros, así como sobre las sensibilidades que entran en competencia y conflicto.

Para muchos, basta mencionar las cosas para entenderlas y conjurarlas. Esto no es, como digo, diferente del efecto que producen los brujos: decir el nombre es lograr la presencia de la cosa y, mejor aún, finalmente dar por hecho que, con mencionarla, es posible entenderla y superarla.
La manera en que funciona este efecto se me vino a la mente cuando leí un curioso manifiesto de la revista Intermezzo Tropical en defensa de Melissa Patiño. Lo tomo de aquí:


Desde su fundación, Intermezzo Tropical se ha proyectado como un espacio
para sumar fuerzas contra el autoritarismo y las viejas prácticas criollas de
las elites dominantes en el Perú. En estos momentos, cuando estos poderes se
afanan por legitimar la injusticia mediante métodos macarthistas, sumamos
nuestra voz de protesta contra una serie de actos de amedrentamiento y
posiciones antidemocráticas que vienen golpeando, específicamente, a un sector
de la comunidad de artistas e intelectuales en el Perú, y, en general, a
diversas asociaciones y gremios que no se callan ante el injusto estado de cosas
actual.

Desde el año 2005 venimos alertando contra esas tendencias en el Perú que, en el plano cultural, ya se expresaban en la discusión "andinos vs criollos". Por eso hoy no nos extrañan estos métodos policiacos que pretenden silenciar todo esfuerzo por crear una cultura democrática, crítica y participativa.

En base a lo anterior, nos solidarizamos con Melissa Patiño, detenida sin pruebas desde hace más de un mes y hoy presa en el penal de mujeres de Santa Mónica bajo un régimen carcelario asfixiante. Asimismo, con los artistas y ciudadanos del jirón Quilca y alrededores, que han sufrido en las últimas semanas represión estatal. Estas acciones transgreden los propios principios jurídicos recogidos en la
Constitución y las más elementales normas del Derecho Internacional. Todo indica
que ahora se deberá demostrar la inocencia y no la culpabilidad, como rige un principio básico del Derecho.

Hoy más que nunca debemos unirnos para repudiar este tipo de políticas, defendidas por pseudointelectuales y periodistas que fungen de policías, a los cuales combatimos. Convocamos, también, a las organizaciones y ciudadanos de la comunidad internacional a prestar oídos y ojos atentos a estos hechos en el Perú, para que la solidaridad sea una cadena a nivel global.

Intermezzo Tropical, revista de cultura y política(Ángeles/Chueca/De Lima/Guerra/ Guerrero)
10 de abril de 2008

Difunda y construya una cultura abiertamente democrática

El texto se sostiene, tal como lo expongo, en la asociación libre y en la resolución de los problemas que tales hechos plantean mediante una simple y gruesa invocación. En efecto: la detención de Melissa Patiño y el famoso debate entre escritores ‘andinos’ y ‘criollos’ caen dentro del mismo modelo de discriminación y exclusión en el Perú. Las ‘viejas prácticas criollas de las elites dominantes en el Perú’, son culpables, al igual que las brujas del XVII, de todos los males imaginables, incluso del hecho de que Gutiérrez y Ampuero no se puedan ver, que el excluyente diario El Comercio haya entrevistado a Oswaldo Reynoso varias veces en los últimos años, que Alan García baile horrendamente La Culebrítica para engatusar al pueblo y ganar votos, que el Perú lleve 26 años sin clasificar a un mundial y que algunos escritores hayan sido premiados y reconocidos más que otros. Ya, estoy caricaturizando. Pero que alguien me responda esta pregunta: ¿de qué manera se propone la relación entre los sucesos mencionados en el manifiesto?

El orden del mundo no es causal, sino una cuestión de gusto: a un lado va todo lo que me parece bueno; a otro, todo lo que me parece malo. Todo lo bueno posee un mismo origen y todo lo malo tiene la misma maligna raíz. Es, pues, un mundo mágico, dividido entre el bien el mal. La idea misma de ‘prática criolla’ es una grosera manera de pasar por alto la complejidad de la hegemonía en el Perú. A estas alturas, debería ser evidente, para quien se propone aguzar el entendimiento y la imaginación, que ‘lo criollo’ o bien se ha transformado tanto al punto de hacerse irreconocible o bien ha quedado en el terreno de lo residual.

La relación entre literatura y sociedad, entre modificaciones sociales y prácticas simbólicas, así como el vínculo entre las técnicas narrativas y las estructuras de sentimiento y la aparición de nuevos imaginarios amplios o cerrados, la dialéctica entre lectura y relectura, los panoramas urbanos emergentes, todo eso, digo, se resuelve en una apoteósica división de aguas que separa al pueblo elegido de los malvados que lo persiguen. La injusticia se comprende y se resuelve mencionándola; las fracturas sociales se comprenden y se resuelven al nombrar una gaseosa vaguedad que vendrían a ser las ‘viejas prácticas criollas’ y, finalmente, se combate al maligno sistema establecido (el imperialismo y sus testaferros locales) editando una revista de literatura (a cuyos editores, siguiendo el ejemplo de la criollísima revista ‘Somos’, no se les ocurre poner online para que puedan leerla los pobres). La cereza, por supuesto, para este platillo de incoherencias, es llamar “pseudointelectuales” a quienes piensan distinto.

Este post no va a causar debate, se los aseguro, porque le tenemos miedo a la polémica. Es una lástima.
Imagen tomada de aquí.

Etiquetas: , , ,

.  
.   .  
.  
. . .     .    

.    

.

2 may. 2007

Metáforas que matan Por Daniel Salas

Concuerdo con casi todo lo que Susana expone en su primer post en el Gran Combo, si bien no siento la misma aversión por el artículo que tanto desagrado le produce. Creo, en efecto, que hay una pronunciada degradación de la calidad del periodismo cultural y de opinión.

Uno de los problemas que me gustaría señalar es el que se origina en la incapacidad de observar la retórica en la que se sostiene el discurso. Y esto prueba, una vez más, el poder de los tropos en la modelación del pensamiento y la conducta. Sobre esto han escrito George Lakoff y Mark
Johnson, por un lado, y Mark Turner por otro.

METÁFORAS QUE MATAN A LA IZQUIERDA

Vayamos a un ejemplo concreto. Hay por lo menos dos columnistas altamente ridículos y desubicados como Guillermo Giacosa en la izquierda y Carlos Espá en la derecha, ambos recurriendo a metáforas que de pronto se convierten en presupuestos que el autor deja de cuestionar. Giacosa, por ejemplo, reporta una serie de desastres naturales recientemente ocurridos para dar a entender, de una manera apocalíptica y nada sutil, que ello se debe a la acción humana. Cito:

Ecocidio: adelantos de lo que vendrá
1) En Coahuila, México, un fenómeno meteorológico semejante a un tornado provocó al menos tres muertes, 40 heridos y grandes destrozos. Los fuertes vientos, acompañados de granizo, azotaron 20 minutos el municipio de Piedras Negras, en la frontera con EE.UU. El embate fue terrible en el poblado de Villa de Fuente: casas destruidas, iglesia arrasada, techos levantados, árboles arrancados de raíz y daños a decenas de vehículos.
2) Varias tormentas severas mataron a una decena de personas e hirieron a otras 80 en la localidad estadounidense de Eagle Pass, en el estado de Texas.
3) En Houston, EE.UU., una tempestad con tornados y granizo dejó a 16,000 residentes sin electricidad, además de arrancar los techos de varias casas. En Dallas y en Forth Worth se registraron ráfagas de viento de más de 90 kilómetros.
4) En Carolina del Norte, debido a la sequía, los incendios arrasaron 700 hectáreas de bosques.
5) En Santa Fe, Argentina, las violentas lluvias provocaron la pérdida de un porcentaje importante de la próxima cosecha de soya.
Veamos. Todo comienza con la metáfora de que la Tierra es el hogar del hombre. Una vez que olvidamos que esta es una simple metáfora (porque, en efecto, la Tierra no ha sido diseñada con la finalidad de acoger la vida humana ni ninguna forma de vida y para saber esto basta ver el canal Discovery), nos olvidamos de que los desastres naturales son propios de las condiciones del planeta y soslayamos el hecho de que hasta el momento no existe ninguna prueba de que la acción humana sea capaz de producir tornados, huracanes, lluvias o nevadas. Los desastres climáticos han existido siempre y seguirán existiendo. Pero, de repente, en ciertos momentos de crisis política, dejan de ser accidentes y se convierten, sin mayor explicación, en señales o augurios. En este aspecto, hay una resistencia bastante incuestionada a reconocer que la vida es un acontecimiento precario, minúsculo e irrelevante. Los seres humanos somos tercamente homocéntricos y las metáforas cotidianas nos refuerzan esta noción. Pensamos que si hay un terremoto, un aluvión o un diluvio alguien nos está enviando un mensaje. Giacosa, en lugar de citar alguna fuente científica de credibilidad, presenta hechos que son comunes como si fueran extraordinarios o portentosos, fomentando una narrativa que se diferencia muy poco de aquella de los testigos de Jehová. La consecuencia más penosa de este tipo de prácticas retóricas es que dañan tremendamente una causa que sí es justa y que sí posee fundamentos, como es el desarrollo de energía renovable y la administración más sensata de los recursos naturales. Los científicos de la Universidad de Colorado, donde estudio, sí han concluido que la acción humana ha producido y produce efectos atmosféricos sobre los cuales hay que llamar la atención; pero en ningún momento se atreven a sostener que los desastres climáticos (para ellos, acontecimientos de todos los días) sean consecuencia de la acción humana. Si queremos definir una acción justa y científicamente fundamentada respecto de este problema ningún beneficio produce el discurso apocalíptico, que es un discurso enfocado en el miedo.

METÁFORAS QUE MATAN A LA DERECHA

Por su parte, Carlos Espá recurre a la vieja metáfora liberal de oponer el presente al pasado, como si la modernidad sólo tuviera un camino. Leamos lo que dice respecto del actual Congreso: “A un lado del hemiciclo siguen aposentados el atavismo, el nacionalismo autocrático, el resentimiento irreductible. Al otro, se ubican posturas modernas y pragmáticas.”

Sobre esto último, hay dos aspectos que deseo resaltar:

En primer lugar, a mí me parece evidente que la incapacidad de comprender la complejidad de la modernidad llevó al emergente liberalismo peruano a un rotundo y lamentable fracaso en 1990. La metáfora temporal es incapaz de admitir que la modernidad consiste en mil avenidas diferentes y contradictorias. ¿Por qué son atávicos el nacionalismo, la reivindicación étnica o el racismo? Yo no concuerdo con ninguna de estas tres ideologías, pero es bastante simplista excluirlas del debate en razón de un tropo que más tiene de recurso propagandístico que de categoría de análisis con poder explicativo. Si las llamadas ideas “atávicas” alcanzan tanta fuerza es porque son funcionales para ciertos intereses. La tarea crítica debería consistir en explicar la racionalidad de estas ideas y la manera en que operan dando forma a la vida diaria e interviniendo en la cosa pública. El liberal a lo Espá, lamentablemente, se niega a ver a sus oponentes ideológicos como oponentes políticos. De esta manera, da a entender que su batalla está perdida. Pero lo que me parece aun más grave es que a través de estos discursos simplistas, de una calidad crítica casi inexistente, fomenta prejuicios y resentimientos. No nos engañemos: el resentimiento no es exclusivo de los pobres y los excluidos. Para mí es claro que la burguesía peruana tiende, de una manera cada vez más agresiva, a echarle la culpa de sus frustraciones a los “serranos atrasados a los que les hace falta el oxígeno.”

En segundo lugar, no entiendo cuál es el grupo dentro del Congreso que representa el “pragmatismo y la modernidad” en un sentido liberal. Lo que tenemos son derechistas mercantilistas, oportunistas y sin ninguna orientación ideológica liberal. Apenas fue derrotada la candidatura de Mario Vargas Llosa, la mayoría de estos “liberales”, consecuentes con su pragmatismo, se fueron con Fujimori, lo alzaron sobre sus hombros y lo aplaudieron. Luego pudieron influir a través de Toledo. Pero no existe, no es visible, una fuerza liberal autónoma. Queda muy en ridículo Aldo Mariátegui burlándose de la pobre votación de la izquierda porque, hasta donde cualquiera alcanza a ver, la votación liberal es, simplemente, inexistente. Esto se debe en gran medida a la pobre formación de las fuerzas liberales, a su poca capacidad de entender la lucha política que es, ante todo, una lucha de comunicación. Aquí viene a cuento la preocupación de Susana, a saber, las cuestionables estrategias de los comunicadores y su poca conciencia de cómo se interpretan los tropos del discurso. Sobre ello, hay mucho más que reflexionar.

Etiquetas: , , ,