La lepra en el Perú Por Unknown
El cuarto domingo de Enero (el 27, este año) se ha celebrado en el mundo el día de la lepra. Esta conmemoración se efectúa desde 1954, en que fue establecida ha pedido de Raoul Follereau, un periodista francés, gran activista social y defensor de los leprosos. El lunes siguiente, como se ha vuelto tradicional en el Perú, un vocero del Ministerio de Salud informó que la lucha contra la lepra se sigue ganando, reportándose en el 2007, solamente 21 nuevos casos comparativamente con 35 el año anterior. Pero, ¿es verdad que la lepra se ha logrado erradicar del Perú?
La lepra es una enfermedad antiquísima. Los afectados por la enfermedad han sido tradicionalmente estigmatizados y aislados. Ni siquiera el solaz de la fe religiosa les era permitido. En la Biblia por ejemplo, hay frecuentes referencias a la lepra como un castigo para los pecadores: la enfermedad hace impuros a los afectados, los cuales están prohibidos de tener contacto con otras personas o participar en ceremonias religiosas (1). El profeta Mahoma también sugirió “escapar de un leproso de la misma forma que uno escapa de un león” (2). Finalmente la tradición hinduista intrínsicamente ligada al sistema de castas, ha considerado que los leprosos eran intocables y por su condición social seguramente merecedores del castigo.
La lepra existe en todo el mundo y se calcula que hay en total unos 6 millones de casos. La enfermedad predomina entre lo pobres y en áreas rurales. A pesar de su antigüedad, el mecanismo exacto de su transmisión es desconocido, pero se piensa que es por contacto prolongado con aerosoles nasales (gotitas eliminadas al respirar). El contacto directo de piel con piel, que parecería la forma más obvia de transmisión, no es probablemente un mecanismo común.
¿Por qué se sabe tan poco de la enfermedad?
Hay varias razones por las que la enfermedad es difícil de estudiar. Primero el tiempo de incubación, o sea el tiempo entre el contagio y la aparición de la enfermedad es largo: de 5 a 7 años en promedio. Segundo la bacteria que la causa es muy difícil de cultivar y demora en crecer. Tercero como es una enfermedad asociada con la pobreza, hay poco interés en estudiarla
La lepra afecta la piel y los nervios predominantemente. En la piel las lesiones varían desde una piel gruesa y nodular, hasta lesiones hipocrómicas (blanquecinas) y perdida de las pestañas y el vello corporal. Cuando los nervios son afectados las personas pierden la sensibilidad para el dolor, para el tacto y para las sensaciones térmicas. El daño nervioso causa deformidad de los miembros, pero también permite que se produzcan laceraciones, mutilaciones e infecciones (debido a la ausencia de sensación).
La lepra, felizmente, ha dejado de ser una enfermedad incurable. El tratamiento involucra el uso de varios antibióticos, por 6 meses a dos años dependiendo del tipo de lepra. La recuperación es lenta y el tratamiento es complicado con numerosas reacciones a los medicamentos. Además el daño causado a los nervios es irreparable. Sin embargo, las tasas de curación son mayores del 90%.
En el Peru, el Dr. Hugo Pesce (mas recordado por ser la fuente de inspiración de ideas marxistas en el Ché Guevara), fundó el Servicio Nacional Antileproso (ahora ya fenecido) y es gracias a el que se conoce de la distribución epidemiológica de la lepra en el Perú. Su labor fue muy fecunda. El organizó un meticuloso sistema de seguimiento y tratamiento de la enfermedad, creo un laboratorio central leprológico y una biblioteca especializada en el tema. A su muerte, el programa decayó paulatinamente aunque todavía existían médicos interesados en la enfermedad, como Juan Aguilar, Emilio Alfaro y José Neyra.
Desde la década de los setenta, el número de casos de casos reportados en el Perú ha decrecido paulatinamente, dando la impresión de que la enfermedad ha sido erradicada. En efecto, el reporte anual de la Organización Panamericana de la Salud (3), informa que la tasa de detección en el Perú para el 2007 es de 0.01 por 10,000 habitantes, es decir la más baja de toda Latinoamérica. Brasil, en cambio es el segundo país del mundo en casos de lepra, solamente después de la India. La tasa de detección de casos es de 2.35 por 10,000 habitantes. En Brasil hay más de 60,000 casos en tratamiento y 47,00 nuevos casos diagnosticados el año pasado. ¿Como se explica que estando geográficamente tan cerca, las diferencias en la prevalencia de lepra sean tan grandes entre el Perú y el Brasil? La diferencia es sencilla: En el Brasil existe un programa dinámico, con respaldo político del gobierno y que utiliza la búsqueda activa de casos. En el Perú, el programa prácticamente no existe. Los casos que se detectan son los que llegan por sus propios medios a los servicios de salud, pero no hay un sistema de detección temprana. Un número indeterminado de nuestros compatriotas tiene la enfermedad, pero hemos decidido no contarlos…
1. Algunos de los pasajes bíblicos con menciones de la lepra son: 2 Cronicas 26:19-21, 2 Reyes 15:5, Levítico 13:8.
2. La frase no esta en el Corán , pero en los dichos del profeta: Bukhari, Tib, 19
3. PAHO. Leprosy in the Americas, 2007. Disponible en: http://www.paho.org/common/Display.asp?Lang=E&RecID=10843
Recursos adicionales:
Uno de los casos típicos de lepra en el Perú: el habitante de una remota región de la selva que se presenta con una enfermedad muy avanzada, puede verse en el excelente sitio del curso Gorgas de medicina tropical:
http://gorgas.dom.uab.edu/2007cases/070330.html
El dramático testimonio de una leprosa que vivió en la amazonia peruana en la década de los cuarenta, en texto rescatado por Marcos Cueto se puede leer aquí:
http://www.scielo.br/pdf/hcsm/v10s1/a16v10s1.pdf
La foto ha sido tomada de aquí: http://www.cehjournal.org/extra/ts09_01.htm
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